Gastronomía

El panetone ‘da la campanada’ en las compras navideñas de los riojanos

A pesar de todo, queremos Navidad. Queremos celebrar y despedir este 2020 como se merece: con un gran “hasta nunca” y un “espero que no vuelvas”. Quizá no sea un año para hacer reuniones con mucha gente, pero eso no quiere decir que no sea una fecha para abandonar el año con, por fin, un buen sabor de boca.

Y para ello qué mejor que una buena mesa con productos de calidad y, ¿por qué no?, caprichosos. De Torre Gourmet, aquel negocio familiar que nació en 1962 vendiendo todo a granel, es especialista en sorprender con los productos más originales y exclusivos de la ciudad. “Hace años nos dimos cuenta de que era necesario despuntar y ampliar los márgenes de producto. Traíamos cosas que no se veían en ningún otro sitio y se ponían de moda a los diez años… Lo importante es arriesgar, y mucho, aunque no siempre triunfes”, explica Pita.

Para De Torre Gourmet la Navidad es una fecha fundamental. Los encargos y las compras para los ‘días especiales’ hacen que las filas se formen desde primera hora de la mañana a las puertas del establecimiento. “Al fin y al cabo, las navidades hay que celebrarlas, lo que pasa que con esto de la pandemia estamos un poco grises y se nota que la gente compra pero sin alegría”. Este año los pedidos se han duplicado, pero son mucho más pequeños. “Lo que hemos notado es que en esta ocasión los encargos se hacen para regalar”.

Los productos obligatorios y los más tradicionales

Pese a ser un año duro, la gente mantiene estas fechas la opción de la calidad y el buen producto. “Lógicamente, lo que más se vende son los fiambres porque es lo que más apetece y a todo el mundo gusta”. Pero siempre hay algo que cada Navidad sorprende. “Todos los años hay un artículo que da la campanada y por mucho que traigas nunca va a ser suficiente”. Este año ha sido el panetone. “Lo tenemos hace tiempo pero la gente lo va conociendo y a través del boca a boca llega un momento en el que despunta. Esa es la gracia de la Navidad, que nunca se sabe”.

Variedad y calidad. Ese es el secreto de De Torre Gourmet. “Intentamos que haya mucha y buena oferta para que el cliente se quede contento al tener a su alcance todo tipo de producto: desde un serrano a un ibérico, un recebo o un bellota. Hay que tener todos los campos pero todos con excelente calidad”.

Además, ¿a quién no le gusta diferenciarse y sorprender a la familia y amigos? Para ello, este 2020, las guindillas envueltas en chocolate con sal sería una buena opción. Y si prefieres delicatessen más internacionales, el salmón con wasabi está en el top junto con la anguila ahumada. “A la gente le gusta distinguirse y ofrecer algo especial”.

Tiene pinta de que estas navidades la cocina elaborada y tradicional de ‘mamá’ no va a ser la protagonista de las mesas -otro desastre más que trae consigo el maldito bicho-. “Las familias no se van a reunir como otros años y eso se está notando mucho en la compra. Los jóvenes que van a pasar las fiestas en su casa no van a estar toda la tarde en la cocina y las bandejas y cosas de picar se están demandando mucho más”.

El bendito placer de vender queso

No cabe duda de que escuchar al cliente es fundamental para que un negocio así funcione. “El trato con la gente nos hace crecer más. Nos gusta escucharles y darles lo que quieren. Hay que ser profesionales y demostrar que estamos aquí para conseguir su satisfacción. Es un verdadero placer el que tú disfrutes trabajando y él comprando”

Y si Pita disfruta atendiendo a la clientela, uno de los rincones donde tanto trabajador como comprador más se deleitan es el ocupado por los quesos gourmet. Ningún otro alimento ofrece un placer tan variado como el queso, ya sea francés, italiano o español. Un paseo acompañado por perfumes suaves y florales o intensos y complejos aromas de los curados.

“Este rinconcito es un mundo. Lo tenemos hace varios años y da mucha satisfacción vender al cliente el producto explicándole su maduración, cómo comerlo, cómo acompañarlo… La gente se atreve a probar cosas nuevas y eso es un lujo. Vienen con confianza, dejándose aconsejar y así da gusto”. Este año, el triunfo se lo lleva el galardonado como Mejor queso del mundo de 2019, procedente de Oregón. “Lleva una hoja de castaño y un licor de pera que hace las delicias de quien lo prueba”.

Ahora sí. Solo falta sentarse a la mesa, olvidar lo pasado, seguir siendo responsable y brindar para que el 2021 nos devuelva, en lo posible, todo lo que este año nos ha arrebatado. ¡Buen provecho!

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