La Rioja

Salud vacunará a 15.000 riojanos en la primera fase de la campaña

La campaña de vacunación arrancará el domingo en todo el territorio español. “La Rioja está preparada para hacerlo con éxito”, ha indicado la consejera de Salud, Sara Alba, poniendo el acento en que esto “nos da un horizonte de esperanza y salida a esta crisis”. Lo que no conoceremos serán todos los detalles de la misma porque parecía tener mucha prisa la también portavoz en finalizar la rueda de prensa de este miércoles. De hecho, pese a la insistencia de este medio en sus preguntas, la comparecencia ha finalizado de forma abrupta sin resolver varias cuestiones que quedaban pendientes.

Como ya estaba anunciado, el Gobierno de La Rioja comenzará la primera fase de la campaña de vacunación el 27 de diciembre en dos residencias de mayores mediante una unidad móvil. “Están perfectamente preparadas y acostumbradas a la vacunación gripal”, por lo que el proceso no es ahora ninguna novedad. Para seleccionar las primeras que ‘abran fuego’ en la campaña se han contemplado aquellas que no hayan tenido casos en las dos olas de la pandemia porque son las de mayor riesgo de contagio. Por el momento, sus nombres son secreto de Estado.

Para el personal sanitario ya están habilitados dos centros de vacunación en el Hospital San Pedro y el Hospital de Calahorra. “Estimamos que 15.000 riojanos estarán vacunados en la primera fase”, ha explicado Alba. Esta se prolongará hasta finales de febrero (alrededor de siete semanas). Entre ellos, más de 5.000 de los centros sociosanitarios (entre residentes y trabajadores) y más de 2.000 profesionales sanitarios.

El director general de Salud Pública, Pello Latasa, ha explicado que estos últimos serán aquellos que puedan estar en contacto con posibles casos o formen parte de las “puertas de entrada” al sistema de salud. Por ejemplo, trabajadores de la UCI, quirófanos, obstetricia, plantas COVID-19 o Atención Primaria. En cuanto a las dosis, el Gobierno contará con cerca de 35.000 en esta primera fase que irán recibiéndose de 3.000 en 3.000 semanalmente.

Cada equipo de vacunación contará con personal de enfermería, auxiliares y administrativos que ayuden a suministrar y registrar tanto las dosis como los pacientes. Estos, tras la vacunación, entregarán información de contacto a la persona vacunada para notificar posibles efectos adversos. A medida que avancen las fases del desarrollo, ha incidido Latasa, ‘nuevas’ vacunas de diferentes laboratorios serán autorizadas por lo que aumentará la población diana.

La población estará priorizada siguiendo criterios éticos como la igualdad, la dignidad, la equidad o la seguridad de la población vulnerable. “Tenemos que empezar en un escenario donde hay una limitada oferta y una enorme demanda. Mientras esto ocurra, intentaremos controlar la mayor cantidad de dosis posibels sin interferir con la Atención Primaria”, ha explicado Latasa, al ser cuestionado por el posible suministro en los centros de Atención Primaria. “A medida que aumente la población diana, habrá que incorporar nuevas estrategias”.

¿Habrá seguridad?

En cuanto al almacenamiento, traslado y dispositivo de seguridad alrededor de la vacuna, máximo secretismo. “La vacuna se almacenará en los lugares en los que la ficha técnica diga que deben estar almacenados”, han explicado desde Salud, destacando que el lugar físico concreto es mejor no desgranarlo por motivos de operativa y seguridad. ¿Serán uno o varios? “Cada vacuna tendrá características diferentes y sus condiciones de almacenamiento serán diferentes”, ha añadido Latasa, detallando que entonces “habrá que adaptar la logística”.

Pese a mantener una reunión con el Centro de Coordinación de La Rioja (CECOR) este martes, la Consejería de Salud todavía no ha desgranado los detalles de la seguridad que rodeará a la vacuna. Preguntados por esta situación, Alba y Latasa se han limitado a indicar que mantienen una “comunicación fluida” con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, donde “una de las cuestiones que más se remarca es la discreción”.

Salud ha asegurado que el dispositivo de seguridad para ‘escoltar’ a la vacuna está diseñado, pero NueveCuatroUno ha podido saber que en la reunión del CECOR de esta semana no se trató apenas este asunto. A pesar de la cercanía del comienzo de la campaña (cinco días antes), la falta de datos aportados por la Consejería en el encuentro han hecho imposible a los mandos policiales concretar al completo la estrategia. Consultados por este medio, se han remitido a Salud para conocer más detalles de la situación.

Dudas sin respuesta

Las prisas de la consejera han propiciado que esta cuestión quede en el aire, al igual que el número de residentes pasarán la Navidad fuera de los centros y qué ocurrirá con estos. Tampoco hemos podido conocer el número de trabajadores sociosanitarios que han rechazado vacunarse, ya que el proceso es voluntario. En este sentido, el sindicato CSIF ha criticado este miércoles que Salud ha realizado esta pregunta mediante Whatsapp.

CSIF ha explicado que, al igual que los medios de comunicación, en las últimas horas ha intentado encontrar respuesta a las numerosas preguntas que plantean los trabajadores de las residencias. Entre otras cuestiones, qué repercusiones puede acarrear para los trabajadores no vacunarse o qué va a pasar con los profesionales que tengan una reacción negativa a la vacuna.

“CSIF no ha conseguido aclarar las dudas. Tanto la dirección de Recursos Humanos de la Función Pública de Administración General como la dirección de Recursos Humanos del SERIS no informan convenientemente a los trabajadores y usuarios, echando “balones fuera” y no asumiendo responsabilidades. Tras mucho insistir, nos remiten al SERIS o a la dirección General de Salud Pública, que al parecer dirige y coordina este proceso de vacunación, sin obtener respuesta en ellos”, han denunciado.

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