CARTA AL DIRECTOR

Colapso patrimonial; sociedad impasible

En medio de este complicado contexto en el que vivimos donde palabras como pandemia, COVID 19, estado de emergencia, contagiados o colapso sanitario desgraciadamente son de uso diario, muchas otras noticias o hechos pasan a un tercer plano. Pero no por ello “pierden el derecho” a ser importantes, a generar debate, a crear conciencia social o crítica.

Hace unas semanas empezaron a circular y se hicieron virales en escasas horas varias impactantes imágenes por una vía tan inmediata como es WhatsApp. En las fotografías se veía un camión en medio de una estructura metálica que se había desplomado sobre un lecho fluvial. Afortunadamente sin daños físicos para el conductor, aunque obviamente con un susto de esos que deben de dejar huella.

La noticia adquirió nuevos tintes cuando esos hierros abatidos pertenecían a uno de los escasísimos ejemplos de puentes de hierro que se conservan (conservaban) en nuestra tierra: el antiguo puente de Arenzana sobre el río Najerilla se había desplomado. Por cierto, la más antigua de estas obras de ingeniería, el puente sobre el río Cidacos en Calahorra, también sufrió de la necedad, falta de educación e indolencia hacia la Historia y el Patrimonio cuando fue destruido por una obra pública en el 1999.

Y fuimos conociendo más detalles del asunto. El histórico puente de Arenzana, que dentro de poco hubiera llegado a ser centenario y señorial, se vino abajo al paso de un camión cisterna del Gobierno de La Rioja, un uso al parecer habitual. Y sin embargo la estructura había perdido su función original, habiendo sido sustituida en los años ochenta por otro puente a escasos metros en la LR-113, y se había convertido en parte fundamental del paisaje de la preciosa ribera del río Najerilla. Patrimonio Cultural en un entorno natural con gran atractivo.

Un cúmulo de circunstancias aunadas parecen haber concurrido en esta desgracia: falta de conservación general, carencia de valorización por el bien, imprudencia, indiferencia/olvido por nuestro patrimonio, negligencia… Un puente “protegido” por sus valores arquitectónicos e histórico-ambientales como recoge el Plan General Municipal de Arenzana de Abajo (2011).

Curiosamente, según dan cuenta los medios, después de mucho tiempo se pensaba llevar a cabo un proyecto de consolidación de este singular patrimonio riojano. Tarde, muy tarde otra vez. Y si se pretendía materializar este proyecto por una deficiente conservación de la estructura histórica, ¿cómo se permitía el paso de camiones pesados de la propia administración regional?

De explicaciones o soluciones ni hablamos. Y por supuesto mucho menos un “mea culpa”, admitir responsabilidades sobre el desgraciado suceso. Debe de ser bastante con el espectáculo videotransmitido del proceso de retirada del camión y la palabra de que más adelante se retirará el amasijo de hierros depositados sobre el lecho del Najerilla y se valorará –¡¡ahora sí!!- consolidar los restos. Tiene bemoles la cosa.

Esta “insensibilidad patrimonial” hacia el Puente de Arenzana, expresión que compartimos aunque ojalá su empleo no fuera necesario, no es única ni mucho menos. Y no vamos a hablar del castillo de Davalillo que bien podríamos expresar aquí… En La Rioja exhibimos grandes ejemplos de patrimonio inmueble en peligro de desaparecer o quedar destruido que forman parte del “paisaje diario”: las iglesias de Santa María en Cameros o Torremuña, el castillo de Castañares de las Cuevas o la torre fuerte de Santurde, los palacios de Inestrillas, de los Manso de Zúñiga en Cidamón o de los Condestables de Castilla en Casalarreina, la ermita de Santa María de Barrio en Cellorigo, inmuebles urbanos, patrimonio industrial, pueblos abandonados, etc.

Pero también disfrutamos de otro patrimonio menos llamativo o vistoso que también se encuentra en riesgo de desaparecer o quedar dañado como los bancos azulejados de Pradillo, arquitectura tradicional, chozos, fuentes, pavimentos empedrados, yacimientos arqueológicos, patrimonio inmaterial, etc. etc.

Y al igual que las aguas del río Najerilla, sobre las que ha quedado arruinado el histórico puente de hierro de Arenzana, siguen su curso sin detenerse, dejemos que la noticia pase, se olvide, panta rei como decían los antiguos griegos; sigamos sin respetar ni darle importancia a nuestra herencia pasada, sin admitir responsabilidades, sin apreciar o ensalzar sus enormes valores culturales, sociales, educativos o económicos. Impasibles a la pérdida de Cultura que sufrimos mientras nuestra sociedad empobrece.

*Puedes enviar tu ‘Carta al director’ a través del correo electrónico o al WhatsApp 602262881.

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