La Rioja

El ‘músculo’ de las Urgencias del San Pedro, “a punto de romperse”

El personal de Urgencias del Hospital San Pedro se han vuelto a manifestar, por vigesimoprimer lunes consecutivo, para denunciar la “sobresaturación” del servicio y reivindicar de nuevo soluciones.

Los sanitarios han criticado que al gerente del Servicio Riojano de Salud, Alberto Lafuente, “la imagen exterior del hospital le importa mucho más que lo que ocurra en el interior” y le advierten de que su “famoso músculo” sanitario “está ya contracturado, a punto de romperse por el agotamiento físico y emocional al que se está enfrentando el personal que lo mueve”.

Este es el contenido íntegro del manifiesto que han leído los profesionales del servicio de Urgencias del Hospital San Pedro de Logroño:

“Como cada lunes desde hace ya 21 semanas nos concentramos en la puerta de Urgencias del hospital San Pedro de Logroño, la principal vía de acceso al sistema sanitario de los riojanos, para reclamar a los componentes del Gobierno regional responsabilidad en las funciones para las que han sido elegidos. Una responsabilidad que no asumieron tras la primera ola de la pandemia, culpando a la herencia recibida del Gobierno anterior, y que siguen sin asumir en esta ya plenamente instaurada segunda ola del COVID, pidiendo responsabilidad a los ciudadanos y adoptando medidas para tratar de frenar el disparado número de contagios que continua in crescendo.

No sabemos si no se han dado cuenta de que los principales responsables son ustedes, que en vista de lo ocurrido en el primer semestre del año, han sido incapaces de desarrollar un plan de refuerzo del sistema sanitario en los meses en los que la dichosa ‘curva de la pandemia’ se aplanó. Un plan que, entre otras cosas, reforzase el personal de la Atención Primaria, la primera opción del ciudadano, que cada día ve sus agendas con más del 200% de su capacidad ocupada, entre atención directa y atención telefónica, quedando gran parte de usuarios sin cita para ser atendidos con demoras de hasta tres, cuatro o más días.

Los ciudadanos, afectados de dolencias de gravedad diversa, se ven obligados a acudir a nuestro servicio de Urgencias o son remitidos por su propio médico para agilizar la realización de pruebas complementarias que, por vía normal en este tiempo de pandemia, se demoran demasiado.

De esta forma, el servicio de Urgencias se ve saturado con unas atenciones más o menos banales sumadas a las patologías graves más las que requieren atención inmediata por el compromiso vital del paciente, de situaciones que suceden a diario como accidentes de tráfico, infartados, accidentes laborales, ictus… Sabemos que esta cantinela les sonará. Que ya saben cómo funciona el sistema. Pero se lo repetimos porque parece que ¡no se enteran!, ya que llevamos casi cinco meses con estas reivindicaciones semanales y seguimos igual.

Comenzaron con reformas estructurales del servicio, de las que se vanaglorian repetidamente en los medios, “sacando músculo” como dice el señor gerente, pero de los que hasta el momento, no podemos decir casi nada positivo.

– Que si la zona de atención Covid adosada a la Urgencia con un circuito “estricto”. Por no hablar de la mezcla de pacientes cuando se les guía por los pasillos para realizarles pruebas complementarias.

– Que si hemos aislado “adecuadamente” los boxes y nos encontramos mamparas de separación y cortinas para cerrarlos.

– Que si la Unidad de Urgencias Pediátricas entrará en breve en funcionamiento aunque llevaba años proyectándose. Ya les contaremos cómo funciona. Sin hablar del desafortunado desplazamiento del servicio de Rehabilitación para poder reubicarla.

– Que si el cerramiento del área de trabajo médico, cubículo bautizado como “la pecera” (sin más comentarios).

– Que si un aparcamiento para ambulancias y un nuevo paso de cebra… En fin.

Esta semana nos hemos encontrado con la finalización de cuatro boxes donde se va a ubicar a los pacientes que han recibido el alta y están en espera de ambulancia, así como de otros cuatro boxes donde se va a ubicar, o más bien, aparcar, a los pacientes que vienen en ambulancia y no tiene hueco libre para entrar en la zona de atención. Eso sí, los cuatro bien juntos, sin separación de ningún tipo y en una misma habitación.

¿Para qué? Pues muy sencillo: la fila que se formaba en la puerta de urgencias ahora se traslada un poco más adentro, para que no se vea y no dé mala imagen porque al Sr. Gerente, el Dr. Lafuente, la imagen exterior le importa mucho más que lo que ocurra en el interior. Pero ya nos dirán qué personal se va a encargar de la atención de estas ocho camas, porque aumentar el número de enfermeros ni se lo plantean, por lo que parece.

La semana pasada invitábamos a la Sra. Andreu a que se animase a acompañarnos un turno, una tarde o una noche, y viese con sus propios ojos el caos cotidiano del servicio. Esta semana preferimos que venga a ocuparse de esas ocho ubicaciones, de esos ocho pacientes que están en tierra de nadie en espera de ser atendidos, es más, que se venga con la Sra. Alba y el Sr. Lafuente, y así se turnan de mañana, tarde y noche.

Y tráiganse a sus asesores por si tienen que salir corriendo a avisar de que el paciente del pre-box 39 se está poniendo azul o del post-box 40 que está saltando la barandilla de la camilla.

Y en esa labor cuenten con la posibilidad de tener que atender una parada cardiorrespiratoria y/o de salir en un traslado intrahospitalario a otra comunidad, como ha sucedido esta semana al menos en 2 ocasiones, dejando mermada la ya sobresaturada plantilla de Urgencias, teniendo que asumir el personal que queda a los pacientes de esos compañeros que tienen que salir. Desde luego que entendemos que estos traslados son necesarios e inevitables pero la ancestral falta de personal o refuerzos hacen que la situación se complique.

Dice el señor gerente que sabe hasta dónde estirar el músculo sanitario, pero le informamos de que está ya contracturado, a punto de romperse por el agotamiento físico y emocional al que se está enfrentando el personal que lo mueve. Sr. Lafuente, su ‘famoso músculo’ lo ejercitan los profesionales, no se olvide. Personal por el que es incapaz de luchar para mejorarlo en condiciones y en número. Y no son invenciones nuestras, lo reflejan los estudios científicos sobre las ratios.

Nos queda la duda de que si estuviésemos en un escenario distinto y sin la presión de la pandemia, si esa inversión en cambios estructurales se hubiese utilizado en reforzar la plantilla de personal tanto de Atención Primaria como de Urgencias, frenando la fuga de profesionales a otras comunidades en los que la Administración riojana ha invertido para su formación y que acaba dejando escapar.

Cerramos este manifiesto de hoy con nuestro agradecimiento a los que nos acompañáis, a los que nos dan su apoyo y reconocimiento y a la cobertura que nos ofrecen los medios de comunicación. Nos dais la fuerza para seguir creyendo que podemos. Y no nos olvidamos de los pacientes hospitalizados covid y no covid, los cuales han pasado por nuestras manos y a los que deseamos una pronta recuperación”.

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