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La digitalización, una oportunidad para la recuperación post COVID-19

El COVID-19 ha puesto patas arriba el natural proceso de digitalización de nuestras vidas y, por supuesto, el de las empresas. Estas eran conscientes de que había que adaptarse y que había que tener una planificación para llevarla a cabo poco a poco. Pero, con la llegada de este elemento externo con el que nadie contaba, todos hemos tenido que cambiar el ritmo de adaptación, y mucho más el tejido empresarial.

Es decir, la economía y nuestro comportamiento como sociedad evidentemente no es que vayan a cambiar, es que ya lo han hecho. E, incluso así, todavía no somos capaces de vislumbrar en qué medida. De lo que si podemos estar seguros en AERTIC es del papel vital que están teniendo la digitalización y las nuevas tecnologías durante la gestión de la crisis y el que van a jugar en la recuperación de la misma. El confinamiento y el teletrabajo, en gran medida, han hecho que lo que antes se vislumbraba como un cambio a largo plazo, se haya tenido que adelantar en un corto espacio de tiempo. Y tiene todo el sentido: la digitalización es flexibilidad, con lo que ello significa de eficiencia en tareas, procesos, etc. Muchos, por ejemplo, nos hemos vuelto expertos en aplicaciones de videoconferencias.

Eso sí, la pandemia ha sacado a la luz algunos aspectos que hay que mejorar, como la falta de formación digital y en ciberseguridad de la sociedad. Largo y tendido se ha hablado de las personas que, en todos los ámbitos, adolecían de falta de las habilidades necesarias para afrontar los retos que la nueva situación requería, teletrabajo, educación online, etc. Además, los hackers han encontrado con un caldo de cultivo perfecto y han aprovechado la situación para incrementar los ataques.

En definitiva, esta ha sido una ocasión ideal tanto para descubrir deficiencias como para optimizar los recursos con los que contaban las empresas e implementar nuevas herramientas para, por ejemplo, el teletrabajo. Por supuesto, también estamos en un momento en el que es necesario repensar las acciones a realizar para asegurarnos de que la sociedad cuenta con los conocimientos y habilidades que este nuevo escenario plantea. No podemos olvidar que, en España, aproximadamente una quinta parte de los españoles no dispone aún de conexión a internet y cerca de la mitad de los ciudadanos carecen de competencias digitales básicas.

Es más, en la era post COVID-19, nos vamos a encontrar con un país inmerso en una crisis económica que ya se estima peor que la del 2008, por lo que será necesario que todos centremos nuestros esfuerzos, además de en temas sociales y sanitarios, en la reconstrucción económica de nuestra región. Esa es la razón por la que, desde AERTIC, la digitalización se impone como punto clave para llevarlo cabo.

De hecho, las nuevas tecnologías digitales constituyen el principal motor de transformación social y económica y la mayor fuente de competitividad, ya que impactan directamente en las empresas, en las Administraciones Públicas y en los ciudadanos. En este ámbito, las empresas y sus economías se enfrentan en la actualidad al reto de la transformación digital. Europa considera que una economía digital fuerte es vital para la innovación, el crecimiento, el empleo y la competitividad europea.

Por tanto, debemos enfocar todos nuestros esfuerzos en digitalizar la industria y los sectores tradicionales. Con ello, los haremos más competitivos y conseguiremos dar el impulso necesario a la economía riojana. Eso sí, no podemos olvidar que las pymes y micropymes, que constituyen la mayor parte de nuestro tejido empresarial, son las que se encuentran en peor situación con diferencia. Aunque casi en su totalidad cuentan con herramientas TIC básicas, no implementan en sus procesos otras tecnologías como el big data, la robótica o la inteligencia artificial, herramientas que se van a convertir en diferenciadoras y claves para la mejorar de la competitividad de las empresas supervivientes al COVID-19.

A esto hay que sumar que las estimaciones indican que, en 2020, España dejará sin cubrir unas quinientas mil vacantes de profesionales de las TIC, lo cual indica que en nuestro país existe un grave y evidente déficit de especialistas en nuevas tecnologías, lo cual es chocante y peligroso porque este proceso de digitalización va a generar y está generando una gran necesidad de trabajadores cualificados. Esta es una de las razones por las que no debemos dejar de poner el foco en la inversión en formación del capital humano, sobre todo en el ámbito empresarial y académico. De esta manera, el futuro será más halagüeño para todos.

No obstante, y antes de concluir, una noticia positiva y alentadora que debe animarnos a continuar en la lucha por lo digital: según el informe de la Unión Europea que muestra el grado de digitalización de los Estados miembros, ‘The Digital Economy and Society Index 2020‘, el conocido DESI 2020, España está por encima de la media en crecimiento. Actualmente está en el número 11 cuando en 2015 estaba en el 15.
Al fin y al cabo, ya lo dijo John F. Kennedy: «En la crisis, sé consciente del peligro, pero reconoce la oportunidad». Aprovechemos la oportunidad de la digitalización, que es un aspecto clave para la recuperación que no podemos dejar de lado. En AERTIC estamos aquí para eso.

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