Cultura y Sociedad

Xilografía en gran formato: ‘La naturaleza de la bestia’ aterriza en la ESDIR

La sala de exposiciones de la Escuela Superior de Diseño de La Rioja (ESDIR) acoge desde este viernes la exposición ‘La Naturaleza de la Bestia’, que firma el joven artista riojano Carlos Ramírez, Zorromono. Este supone el resultado del segundo de los Proyectos de Profesionalización galardonados por la XXXIV Muestra de Arte Joven de La Rioja, desarrollado a lo largo del último año bajo la tutorización de Julio Hontana.

Esta exposición, que promueve el Instituto Riojano de la Juventud (IRJ) y permanecerá abierta desde hasta el próximo 8 de diciembre, no va a celebrar el habitual acto de inauguración debido a la situación sanitaria, si bien contará con todas las medidas y protocolos de seguridad para garantizar una estancia sin riesgos a todos los visitantes.

“Es un auténtico placer poder contemplar una vez más el resultado de un largo proceso de desarrollo como ha sido este proyecto de profesionalización, con un artista joven riojano de gran talento, que seguro que dará de qué hablar. Estamos encantados de poder proporcionarle desde el IRJ y la Muestra de Arte Joven un espacio de referencia para que enseñe su obra y contribuir a su difusión, además de reivindicar que la cultura sigue adelante y es segura”, valora el director del IRJ, Paco Rivero.

‘La Naturaleza de la Bestia’ es un proyecto que se esparce por el mapa visibilizando construcciones industriales ‘fantasma’ de la ciudad, ejemplos de altares efímeros resultado del afán del ser humano por someter a la naturaleza, en los que el artista lleva al límite la técnica de la xilografías para crear piezas de grandísimo formato.

El artista Carlos Ramírez (Nalda, 1987) ha trabajado en estos lugares periféricos, elegidos cuidadosamente por su significado a la hora de reflexionar sobre el sistema de bienestar, como si se tratase de su propio taller.

Espacios de aspecto distópico, inútiles tras la explosión de la burbuja inmobiliaria, que solo funcionan ahora como vertederos ilegales donde se arroja basura y escombros y que Zorromono transforma en zona de trabajo, sirviéndose además de los materiales allí encontrados para incorporarlos a su obra. Los emplazamientos, siempre a la intemperie, o cobijados por tejados y estructuras en ruinas, hacen que esta obra sea totalmente vulnerable a la acción del clima, el tiempo y por supuesto los actos vandálicos.

En medio de esta precariedad intencionada, se cuela en el proyecto un elemento digital: el videojuego, del que el artista se sirve para crear prototipos de las instalaciones. Esto hace posible nuevas reflexiones sobre el trabajo en relación con lo virtual. Un mundo alejado totalmente de la gran carga matérica de la obra de este artista y de sus rutinas de trabajo, que le permite tomar distancia y pensarlo desde otro punto de vista.

El artista

Carlos Ramírez de la Concepción, Zorromono, como firma artísticamente su trabajo, se formó en la Escuela Superior de Diseño de La Rioja en Ilustración y Diseño Gráfico. Desde 2013 desarrolla su carrera artística de manera independiente, investigando los límites de la xilografía en gran formato.

Ha expuesto y realizado instalaciones en importantes espacios como la Sala Amós Salvador de Logroño en la exposición colectiva Los días más hermosos (2017); en la Galería La Lonja, con el proyecto Un mundo Feliz (2017); en Tabacalera Madrid con la intervención Sacrificio a los nuevos dioses, dentro del programa de residencias “Tabacalera cantera” (2018); o en CEART Madrid, con la propuesta Campo de Batalla en el infierno, (2019). En paralelo, trabaja como diseñador gráfico y activista para el desarrollo de proyectos relacionados con la cultura, el desarrollo rural y la economía alternativa y solidaria.

En la última edición de la Muestra de Arte Joven en La Rioja, dentro de la modalidad Proyectos de Profesionalización, el Instituto Riojano de la Juventud le otorgó a Carlos Ramírez uno de los tres galardones que cada año concede a jóvenes creadores riojanos para fomentar y apoyar sus carreras artísticas.

El premio consistente en una dotación económica y cuenta además con la orientación y tutoría de una reconocida figura del panorama artístico riojano, en este caso representada por Julio Hontana, artista, profesor y comisario de exposiciones.

Para conseguir que año tras año se lleven a cabo los objetivos definidos y se desarrollen a lo largo del periodo convenido, el Instituto Riojano de la Juventud proporciona además ayuda y asesoramiento a los creadores, y publica un catálogo como espacio de reflexión y memoria física explicativa del proyecto con el fin de hacerlo llegar al público y promocionar a estos jóvenes artistas.

La exposición también ha sido seleccionada para participar en la programación de Cuéntalo, el Festival de Narrativas del Ayuntamiento de Logroño.

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