El riojano Nacho Martín (Logroño, 10 de julio de 1962) ocupa el banquillo del Tudelano y está cosechando muy buenas sensaciones en este inicio de temporada. El conjunto navarro es líder del Grupo II-Subgrupo B de la categoría de bronce, con seis puntos de seis posibles y sin haber encajado un gol. Los ribereños son uno de los candidatos máximos a llegar a la Primera RFEF (tercer nivel del fútbol español en la 2020-21) en la próxima temporada. En la primera jornada, derrotaron al Ejea (2-0), mientras en la segunda hicieron lo propio a domicilio, a costa de Osasuna Promesas (0-2).
Martín se muestra muy satisfecho con el inicio de su equipo: “Las sensaciones son positivas, porque hemos hecho partidos muy completos ante rivales de mucha categoría. El Ejea está llamado a la zona alta y Osasuna también está llamado a estar arriba. Ante los dos mostramos una cara muy positiva, fuimos fiables en defensa, marcamos goles y tuvimos ocasiones, así que creo que los resultados son justos”.
Todo ello, dentro de un grupo muy diferente a otros años, según valora el técnico: “Creo que el grupo está muy igualado, no hay equipos con presupuestos muy por encima de otros. Todos se han podido reforzar bien, ha habido muchos jugadores en el mercado y todos partimos de condiciones muy parecidas”. Debido al COVID-19, los ojeadores han tenido dificultades en su trabajo: “Las restricciones por la pandemia nos permite ver muchos partidos y en pretemporada no nos hemos podido fijar tanto en los partidos, así que los vamos conociendo según avanza la temporada”.
Para tratar de lograr su objetivo deportivo, el Tudelano se ha reforzado con dieciséis caras nuevas (nombres conocidos como los ex rojillos Yasin y Rodrigo Sanz o el veterano Mikel Orbegozo): “Nuestra idea de juego viene dada y confirmada por los futbolistas que hemos fichado. Futbolistas para jugar por dentro, laterales con proyección ofensiva para jugar por fuera y veteranía en los centrales. Esa es la configuración de juego que hemos buscado”.
En este sentido, te tienes que adaptar. Empezamos el 7 de septiembre, una pretemporada de seis semanas con cinco partidos, queríamos ver a los futbolistas y conocerlos; lo que pretendíamos es lo que ha venido, poco más o menos”. El ex jugador del CD Logroñés advierte los riesgos de esta nueva liga: “Hay menos margen de error y no se pueden tirar fuegos de artificio. Si pierdes tus tres o cuatro primeros partidos ya te quedas muy atrás, porque la liga es más corta de lo que sería una primera vuelta habitual”.
En esta temporada, un equipo que empiece en Segunda División B podría acabar en cuatro categorías (Segunda División, Primera División RFEF, Segunda División RFEF y Tercera RFEF): “Todos queremos entrar entre los tres primeros (acceso asegurado a la Primera RFEF) o sino, quedar entre el cuarto y el sexto (derecho a una plaza en Segunda RFEF), pero nadie va querrá estar entre los cuatro últimos. Este año habrá treinta descensos y eso es una barbaridad”.
En medio de un formato tan enrevesado, el riojano no quiere ponerse un objetivo concreto: “No quiero tener unos objetivos muy claros, porque creo que puede ser contraproducente. El objetivo es el siguiente partido, iremos partido a partido y cuando hayamos consumido tres partes de la liga ya veremos donde estamos”.
