El BM Navarrete debutó el pasado fin de semana en la Primera División Nacional (tercera categoría del balonmano español), con derrota frente al Eibar y luchará por la permanencia (24-37). Víctor Manuel Bru, su presidente, se muestra feliz por este hecho: “Es el premio a la constancia, apostamos hace unos años en el colegio y hemos sabido darle continuidad. Una localidad de 3.000 habitantes se coloca en categoría nacional. Si haces lo que te gusta, tienes la oportunidad de dar este salto”. Más allá del resultado, fue llamativo que todos sus jugadores llevaran mascarilla.
Bru explica los motivos de esa decisión: “Si en la calle me multan si no llevo la mascarilla, ¿por qué me permiten meterme en un pabellón cerrado con veinte personas y ahí su uso pasa de ser obligatorio a opcional. Somos las mismas personas. Nosotros no nos podemos permitir las pruebas PCR y esto para ellos es un hobby, nos gusta y nos ilusiona; pero no vivimos de ello. La Federación Española nos dijo que era voluntaria, yo prefiero jugar con mascarilla, la mascarilla protege más al rival que a nosotros mismos. Así que tengo que alabar una decisión íntegra de mis jugadores”.
Inmerso en una competición de aficionados, su presidente cuestiona que se disputen partidos: “El Gobierno nos pide que limitemos la movilidad y no entendemos por qué arranca nuestra competición, que es un 90 por ciento amateur. Mis jugadores se juntan en un grupo de 20, pero si salen a tomar una cerveza solo pueden ser seis. Si hace media hora estaban juntos, ¿por qué fuera no? Sí, estamos federados; ¿pero qué diferencia es esa?”.
Conforme a esa decisión, la entidad ha tomado medidas extraordinarias: las botellas de agua son individuales, los desplazamientos se realizan en un autobús de 60 personas y con separación. Siempre con la libertad de elección como principio: “Sin un jugador quiere jugar sin mascarilla, nadie le puede obligar. El domingo hubo gente que decía que era mejor jugar sin mascarilla, pero por respeto a los demás se la pusieron”
La salud prima por encima del resultado
Víctor Manuel prioriza la salud de sus jugadores por encima del resultado deportivo: “A lo mejor es una desventaja competitiva para nosotros, deportiva por supuesto que sí. Pero qué es mayor desventaja: ¿perder un partido o que acabes de contagiar y tengas que estar 15 días confinado? Si me pudiera permitir una burbuja, iría sin mascarilla. La comunicación entre nosotros es complicada, llega antes el cansancio, pero si ponemos en la balanza todo; yo vivo del trabajo y esto solo es una afición. Que nadie piense que es por capricho, no nos lo podemos permitir”.
Por último, deja la siguiente reflexión: “A lo mejor somos los diferentes y estamos haciendo las cosas mal; pero si las estamos haciendo, desde arriba alguien lo está haciendo peor. Si hay un método en la calle, también debería ser en el deporte”. Todo ello, en una competición donde varios equipos han expresado ya su deseo de no jugar, debido a que no pueden permitirse dejar de trabajar por el coronavirus: “Lo vemos en el balonmano riojano, el Ciudad de Logroño dos confinamientos, el Sporting La Rioja dieciocho positivos, es que tenemos el virus al lado”.
