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Esteban Peña: “Fue muy emocionante y llamativo haber formado parte del triunfo de Pogacar”

Esteban Peña posa con la bici con la que Tadej Pogacar venció el Tour

Esteban Peña, el mecánico riojano que hizo historia al preparar el material con el que Tadej Pogacar (UAE Emirates) logró hacer historia en el Tour, atiende a NueveCuatroUno en este San Mateo tan atípico: “Fue muy emocionante y llamativo haber formado parte de ello”. El día en que el esloveno desbancó a Primoz Roglic (Jumbo – Visma) tras una contrarreloj de ensueño ya forma parte de los tres más importantes de su carrera profesional, junto al Mundial ganado por Alejandro Valverde y el bronce de Carlos Coloma en Río 2016. Montaña, pista o carretera, este ‘mercenario de la llave allen’ disfruta en cualquier lugar donde haya dos ruedas.

“Acabé la Tirreno – Adriático el lunes y llegamos a la nave del equipo por la noche, preparamos todas las ‘cabras’ (bicis de contrarreloj) el martes y el miércoles ya nos fuimos hacia el Tour; el sábado dejamos el material, lo prepararon mis otros tres compañeros y luego ya volvimos hacia España”, relata. Un material específico para una etapa con dos partes muy diferenciadas: treinta kilómetros prácticamente llanos y una dura subida final a La Planche des Belles Filles (seis kilómetros al 8,5%, con una rampa final al 20). Palabras mayores para hacer diferencias, como sucedió después.

Tanto Pogacar como su compatriota Roglic cambiaron su bicicleta al inicio del descenso. Ambos comenzaron con una ‘cabra’ y luego pasaron a una bici más adaptada a la subida. Peña explica las particularidades del proceso: “Preparamos los rodamientos sin grasa, sin guardapolvos y les pusimos monoplato y luego para la segunda parte, preparamos una rueda especial que sí llevamos nosotros. Más ligeras, con un desarrollo de 14×29. Buscamos que llevara siempre cadencia (ritmo de pedaleo) constante”. Un objetivo que se cumplió en las rampas finales, ya que el joven destronó a su compatriota sin piedad alguna, siendo casi dos minutos más rápido en la etapa.

El riojano cuenta algunos detalles más sobre la joven estrella: “Pogacar estuvo en Sestriere, entrenando en altura (2.035 metros) desde que acabó el confinamiento y solamente bajó para participar en las carreras (Dauphiné, Milán – San Remo, Lombardía, Strade Bianche)”. Debido a las especiales condiciones de esta ronda gala, organizada en formato ‘burbuja’ debido al coronavirus, apenas ha podido estar en contacto con el deslumbrante ‘maillot amarillo’: “Solo estuve en la etapa del sterrato, dando asistencia. En el Tour no he podido y por teléfono habrá recibido miles de llamadas. Sí le felicitamos por el grupo de WhatsApp”.

Posteriormente, describe sus cualidades: “Es un chaval muy tranquilo, responsable y noble. Es verdad que se han visto muchos casos de gente que explotó muy joven. Damiano Cunnego ganó un Giro y no volvió a ser el ciclista que parecía”. Dentro del equipo Emirates, Peña mantiene buena relación con Joseba, el masajista personal de Tadej: “Me cuenta que es un chaval que tiene las ideas muy claras y la cabeza muy asentada”.

El papel de la mecánica y el futuro

En el ciclismo moderno, cada vez todo se calcula más (watios, velocidad, kilometraje, desniveles, etapas estudiadas al milímetro…): “Está todo muy medido, pero lo que prima es la habilidad y la capacidad de entrenamiento y sufrimiento de un corredor. Todos los corredores tienen el mismo material, la bicicleta no es clave. Todos van con lo mejor (Specialized, Argo, Orbea, Mérida…) y no hay demasiadas diferencias entre los equipos”.

Esteban pasará unos días en la tienda ‘Pasión Ciclista’ en la capital riojana, pero pronto enfrentará nuevos retos: el viernes o el sábado viaja hacia el Giro de Italia por primera vez: “Llevamos buenos corredores (Ulissi, Gaviria…), pero con respecto a la general lo tenemos más complicado”. La presencia en la ‘corsa rossa’ le hará perderse el Mundial. Es lo que tiene este 2020, donde la pandemia ha condensado al máximo las citas ciclistas (la Vuelta y el Giro coinciden parcialmente en el calendario). Pero vaya, vivido lo vivido, al menos hay carreras; algo que hace tres o cuatro meses parecía imposible.

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