UD Logroñés

El Logroñés, un trampolín para futbolistas de élite

En sus once años de historia, la UD Logroñés ha crecido progresivamente. Las Gaunas y la Segunda División B han servido a varios futbolistas como trampolín para escalar hacia la élite del fútbol. Casos como Sergio Reguilón, Pere Milla, Marcos André o Manu García siempre recordarán La Rioja como una parte crucial de sus carreras deportivas. Historias distintas con un denominador común: muchas tardes y domingos de gloria en el Municipal. Las repasamos en NueveCuatroUno.

Sergio Reguilón (Collado Villalba, 16 de diciembre de 1996) llegó a Logroño siendo un chaval, cedido por el Real Madrid Castilla para foguearse. El extremo se destapó en Las Gaunas, marcando un póker ante el Bilbao Athletic. Aquel 2 de octubre de 2016, la parroquia blanquirroja vio que ese chico iba en serio. Ocho goles llevaron su firma en la 2016-17, pero por encima de ello, una sensación de desparpajo y suficiencia apabullantes. El tiempo le llevaría a jugar 1.796 minutos con el Real Madrid, recalando posteriormente en el Sevilla. Tras ganar la Europa League con el conjunto andaluz, este verano ha recalado en el Tottenham inglés.

Manu García (Vitoria, 26 de abril de 1984) es otro ilustre. Obrero del fútbol, se curtió en Segunda División B antes de ganarse la oportunidad de alcanzar cotas mayores. Real Sociedad B, Real Unión, Eibar y UD Logroñés. Dos cursos en Logroño para crecer y convertirse en un futbolista clave. Profesionalidad, sacrificio y mucha llegada desde segunda línea. Después de ello, recaló en el Alavés, el club de su ciudad natal. De Segunda B a Primera una final de Copa del Rey, convertido en un auténtico ídolo de Mendizorroza. Y siempre, en cualquier entrevista, recuerda con mucho cariño su experiencia en la tierra del vino.

El delantero Marcos André (Brasil, 20 de octubre de 1996) también empezó poco a poco. Coincidió con Reguilón durante dos temporadas y su papel fue creciendo progresivamente. Ganó minutos, ganó confianza y empezó a ser un ídolo de la parroquia. Dos dianas en la primera temporada y veinticuatro en las dos siguientes. Verticalidad, presión y habilidad en los últimos metros. Un ‘9’ lejos del esteorotipo; móvil, capaz de caer hacia la banda y asociarse. Ahora juega en el Valladolid (fichó por cuatro temporadas) y cuajó un gran año durante la pasada temporada en la liga de plata cedido en el Mirandés.

Marcos André celebra un gol ante el Mirandés | Foto: Eduardo del Campo

La cosa va de atacantes y la historia de Pere Milla (Lleida, 23 de septiembre de 1992) también merece su hueco. Una temporada le bastó para dejar huella. Y de qué manera: dieciocho goles, un buen puñado de asistencias y una sensación de peligro constante. A pesar de ser mediapunta, solo Diego Cervero marcó más goles como blanquirrojo en una temporada. Su protagonismo le hizo dar el salto al fútbol profesional (UCAM Murcia, Numancia, Eibar y ahora Elche). El catalán hizo historia, al anotar el gol que devolvió a los ilicitanos a Primera. De cabeza, en casa del Girona y en el descuento. ¿Quién da más?

Un futuro inédito

Tras la llegada del equipo a Segunda División, el panorama puede cambiar. Por un lado, el nivel deportivo es mayor y el club podrá ejercer un mayor papel de atracción sobre los jugadores riojanos y de zonas limítrofes. Además de potenciar la riojanización del club, la nueva categoría podría generar nuevos talentos emergentes. En el mercado de fichajes, los ‘peces gordos’ se comen a los más pequeños, así que es posible que estos casos se repitan con el paso de los años. Es una ley no escrita de este deporte.

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