El Rioja

La vendimia del COVID: malos presagios en bodega, buena calidad en campo

“Hay un ambiente raro con la incertidumbre por bandera, ya no solo en términos de ventas sino de cara a las vendimias que cada vez están más cerca”. Desde Bodegas Fernández Eguíluz, Pilar Fernández describe el panorama que acecha a los pequeños elaboradores como ella. En su caso, la cuadrilla de portugueses que desde el año 92 acudía a Ábalos para pasar unas semanas recogiendo uva no vendrá este septiembre “por miedo”. En su lugar, Fernández ya ha localizado a otra familia que los reemplazará y que, además, reside en el propio municipio.

El COVID-19 ha trastocado todos los planes, también los pequeños proyectos vinícolas que quería llevar a cabo este año. “Siempre me gusta dedicar tiempo y mimo a hacer vinos diferentes y especiales, pero este año lo que prima es acabar de vendimiar cuanto antes y sacar el producto de bodegas porque llevamos un retraso con las ventas y se nos va a acumular con la nueva añada. Una especie de guerra de titantes entre lo que quiero hacer y lo que puedo”, reconoce la bodeguera y viticultora.

Un problema añadido que se suma al retroceso de las ventas en el canal de hostelería durante la segunda quincena de agosto: “Mucho tienen que ver los últimos rebrotes en la región y las informaciones al respecto que no crean más que miedo y pérdida de confianza. Pero este país vive de la hostelería, nosotros vivimos de ella, por lo que no veo un futuro muy halagüeño en cuanto a recuperación económica”.

Desde Baños de Ebro, Iñigo Berzal confía en que “el publico final, de cara a la campaña de Navidad, sofoque algo la situación, que la gente se anime a consumir en casa y eche una mano a las pequeñas bodegas porque el canal Horeca va a bajar notablemente”. El futuro es incierto, pero toca preparase para vendimias y Dominio de Berzal ya tiene lista su cuadrilla de diez temporeros.

“Esperemos que todo avance hacia delante sin incidencias, pero si alguno de los trabajadores da positivo lo que haremos es sacarlo de la cuadrilla, hacerles PCR al resto y si dan negativo, a continuar recogiendo uva. Desde el Gobierno Vasco nos facilitan cuadrillas de sustitución, pero yo no lo veo viable porque tienes que sacar a todos del alojamiento, desinfectar, meter a otra cuadrilla y hacerles PCR. Y mientras, sin vendimiar. Estos ya llevan cinco años con nosotros, así que tampoco barajo la opción una sustitución al completo”, sentencia.

Fenández califica, además, de “calvario” los trámites de gestión necesarios para esta nueva campaña marcada por la pandemia y reclama una formalización de los protocolos de cara a la llegada de temporeros: “Estamos todavía un poco en el aire, esperando a que se cuadren del todo las cosas y, sobre todo, para que nadie se contagie porque igual como bodega no tenemos un plan alternativo con posibilidad económica ni de material para gestionarlo”.

Racimos desiguales pero sanos

Los ciclos de maduración están cambiando, se están acortando, y un racimo no siempre muestra equidad en cuanto al estado de desarrollo de sus bayas. “El tiempo tiene mucho que ver en esto y cada vez es más frecuente ver granos verdes en racimos con hombros maduros”, apunta Berzal, al tiempo que recuerda la necesidad de que el astro se mantenga fresco y seco para evitar brotes de botritis”.

La calidad, en términos generales, se augura “buena” a pesar de las incidencias fúngicas del mildiu. En los viñedos de Dominio de Berzal la producción no se ha visto mermada por dicha amenaza ni por el pedrisco, “que pasó raspando”, además de que realizaron un aclarado en las viñas con más excesos. Así, con buenas sensaciones pero sin quitar la vista del cielo, prevén comenzar la cosecha de la blanca joven hacia el diez de septiembre.

Más perjuicio ha hecho el hongo en los alrededores de Ábalos, entre otras, con viñas arrasadas completamente. Un “ataque salvaje” que va a mermar la producción pero que tampoco apena a Fernández dadas las circunstancias. En cuanto a la calidad de la uva, no se quiere lanzar a pronosticar nada, pero “de momento no tiene mala pinta”. Habrá que esperar, sin embargo, a finales de este mes o principios de octubre para ratificarlo, fecha prevista en la zona para dar comienzo a una nueva vendimia que, sin duda, quedará para el recuerdo.

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