El alcalde de Alfaro, Julián Jiménez, acaba de hacerse una prueba PCR. Quería ser el último para poder estar durante los tres días pendiente del dispositivo. Ha esperado como los demás. Él, una media hora. Preocupado por los resultados que puedan llegar de los laboratorios y por las medidas que se tengan que tomar a partir de ellos, quiere dejar claro que la situación ha sido provocada por todos los alfareños sin criminalizar a sectores concretos de la población.
– ¿Se imaginaba como alcalde de Alfaro allá por el 15 de agosto que esto podía pasar?
– Estábamos alerta. Teníamos cierto temor por la llegada de temporeros y por las ‘no fiestas’, pero quizás más por el tema de los temporeros por el ejemplo que teníamos de Navarra y Aragón. En ese aspecto las cosas han ido muy bien. Sólo ha habido un positivo y en seguida se aisló a los contactos cercanos rompiendo la cadena de contagio, pero las ‘no fiestas’ nos han desbordado.
– ¿Ha tenido en algún momento la sensación de que se podía haber evitado?
– Es muy complicado. Estuvimos días sacando bandos y pidiendo a través de los medios de comunicación responsabilidad. Pedimos refuerzos a Logroño y aquí estuvieron. No creo que se pudiese hacer más. En las calles se cumplió, pero luego llegó el problema de los cuartos y los huertos. Y ahí es muy complicado actuar como administración pública porque nos faltan herramientas jurídicas. Necesitamos una orden regional para poder cerrar en un momento determinado los cuartos si es necesario, como lo hubiese sido en las ‘no fiestas’. Pero no la tenemos.
Me dijeron que en Tarazona se habían cerrado y me puse en contacto con el alcalde de allí. Ellos también habían tenido que instar porque no tenían forma de cerrar. En Navarra, sin embargo, sí que hay una ley foral que lo posibilita. En esta zona, igual que en Arnedo o Calahorra, los cuartos no se suscriben sólo a la época de fiestas sino que están todo el año, así que no estaría mal trabajar en esa medida. Pero eso nosotros como ayuntamiento no podemos.< - Ha dicho mil y una vez en las entrevistas que no ha sido un problema exclusivo de la juventud, que no hay que criminalizarlas.
– Es que es así. Todos hemos incumplido en algún momento las medidas o las recomendaciones. Cuando las cosas iban bien era por el esfuerzo de todos los alfareños… pues ahora lo mismo.
– El viernes se comenzó a preparar el dispositivo para hacer el cribado perimetral. A pesar de que se habían mandado fecha y hora a través del SERIS, decidieron que cada uno fuese cuando le viniese mejor.
– Es que nos dimos cuenta de que pudo haber un error a la hora de enviar los mensajes. Se daba cita por apellido, pero en una familia el matrimonio tiene apellidos distintos y no tenía sentido que la gente hiciese viaje dos veces. La intención desde el principio ha sido intentar facilitarlo todo para llegar a todos los alfareños. Nos hemos encontrado mil casos diferentes que hemos tenido que solventar con rapidez: desde que Salud había planteado pruebas en principio solo para mayores de 16 años, cuando nosotros sabíamos que había cuadrillas de 14 años con algún positivo, hasta las esperas de casi dos horas especialmente a lo largo del domingo.
– La idea era cribar a un 75 por ciento de la población. ¿Se ha llegado a esas cifras?
– Hay que tener en cuenta que estos días se han hecho más de 4.800 test, que a esos hay que descontar a la mayoría de los menores, también a los que ya habían dado positivo y a sus contactos estrechos que ya se les había hecho a lo largo de la semana y a las personas mayores de 69 años que se irá haciendo estos días en su casa. Además, se harán en el Centro de Día a los usuarios y a los trabajadores. Estoy convencido de que así se llega al 75 por ciento de la población alfareña, que era lo ideal.
– En la primera ola, la residencia fue la que recibió el duro golpe de la pandemia. ¿En estos momentos está controlada?
– Así es. En esa primera ola el pueblo lo llevó bastante bien y sin embargo en la residencia hubo diecisiete muertos. Ahora está muy controlada. Hablo casi a diario con su director y, de momento, están muy controlados.
– El dispositivo ha sido casi de película. ¿Agradecido al SERIS?
– Agradecido a todos y cada uno de los que han trabajado estos días o en fin de semana, que parece que es cuando más quieres estar con tu familia y sin descanso. Agradecido a los médicos, a las enfermeras, a los informáticos, a la gente de Cruz Roja que han visto como dos de sus miembros daban positivo y tenían que aislar a ocho, pero que el resto han seguido trabajando de forma totalmente voluntaria. Agradecido a la gente que trabaja en los laboratorios que ha trabajado día y noche para tener los resultados en el menor tiempo posible. Agradecido a la policía local, a los trabajadores del ayuntamiento y agradecido a los alfareños que han respondido ante las pruebas con responsabilidad.
– Ha planteado que el inicio del colegio en Alfaro se retrase unos días. ¿Ha recibido ya respuesta por parte de Educación?
– Se lo planteé a la consejera de Salud el día que vino y se lo volveré a plantear al consejero de Educación el día 3, que tenemos una reunión con él en Calahorra. Aquí el día 8 de septiembre, que es martes, es fiesta y por eso el colegio iba a empezar el 9. Creemos que empezar el lunes siguiente nos hace ganar unos días de movilidad en el municipio. Creemos que es una propuesta interesante, pero aún no hemos recibido respuesta. Son tres días que suponen seis de menor movimiento aunque luego haya que recuperar esos tres días en otras fechas.
– Dependiendo de los resultados, ¿habrá que tomar medidas más drásticas?
– Ojalá me equivoque, pero yo creo que vamos a rondar los cuatrocientos positivos (esta mañana rondaba los doscientos). Es verdad que, según nos han dicho, el porcentaje de positivos en la segunda oleada de pruebas ha dado ligeramente más bajo que el primero, pero podríamos estar entre un doce y un quince por ciento de positivos. Las medidas más o menos restrictivas las tendrá que determinar Salud, nosotros estamos a su disposición para los que digan.
