La presidenta de la Asociación de la Prensa de La Rioja, Ana Castellanos -acompañada de los miembros de la Junta Directiva César Álvarez, Vanesa Gordo, Graciela Martínez y Manuel Martín- ha entregado el II Premio de Prácticas a la estudiante Nuria Pajares por su trabajo ‘La ‘máquina del tiempo’ engrasa: la nueva normalidad en Portales’, publicado en julio de 2020 en NueveCuatroUno. La APR convoca este galardón para reconocer el talento en los primeros trabajos de los alumnos que realizan prácticas durante el verano en los medios de comunicación de La Rioja.
El jurado ha destacado la descripción y la faceta histórica subrayada en los establecimientos seleccionados en un recorrido que permite al lector adentrarse en una de las calles más emblemáticas de la ciudad y contar un entrañable relato en el que se unen la historia, tradición, el paso de generación a generación, así como su capacidad para adaptarse al paso del tiempo y a la situación actual durante y tras el confinamiento.
El Jurado ha aprovechado este momento para reconocer el trabajo de todos los estudiantes que en esta atípica situación han realizado prácticas en los diferentes medios de comunicación de La Rioja y ha agradecido su esfuerzo y participación en esta edición del Premio con veintisiete trabajos presentados.
Este año, debido a la situación sanitaria en la que nos encontramos, la APR ha suspendido el tradicional encuentro entre periodistas veteranos y becarios que se celebra cada año durante el verano en el patio de la Casa de los Periodistas. Por este motivo, la entrega del galardón se ha desarrollado en un encuentro privado.
La ‘máquina del tiempo’ engrasa: la nueva normalidad en Portales
Portales, una de las calles más transcurridas de Logroño invita a un viaje en el tiempo. A lo largo de sus 610 metros de longitud pueden recorrerse años y años de historia de la capital a través de sus pequeños negocios. Quedar en la esquina de la tienda de cortinas de La Roja, comprar un recuerdo a unos amigos de fuera en ‘Plus Ultra’ o acompañar a tu abuelo a por un sombrero a Dulín y acabar con un libro de ‘Cerezo’ bajo el brazo son algunas de las situaciones que se han repetido de generación en generación. Pequeños comercios que son el alma de Logroño y que nunca habían permanecido tanto tiempo cerrados como tras el pasado confinamiento.
