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15 de agosto de 2020

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El nombre de La Rioja suena, huele y sabe a vino. Miles de viñedos, cientos de bodegas, paisajes coloridos e infraestructuras enoturísticas conforman el paisaje de la región con nombre de vino. Y en ella Rioja Oriental, un enclave privilegiado para el cultivo de la vid, se ha convertido en una cultura excelente y ejemplar basada en el proceso de elaboración del vino.

No cabe duda de que la zona cuenta con infinitos recursos naturales, pero “era muy necesario explotarlos más. Hacían falta infraestructuras turísticas que pusieran en valor la riqueza del lugar”, explica Esther Rubio, gerente de la Ruta del Vino de Rioja Oriental. Por ello, hace cuatro años “nos pusimos manos a la obra para que La Rioja tuviera una tercera ruta complementaria a las de Rioja Alta y Rioja Alavesa”.

Más de medio centenar de establecimientos y veinticuatro ayuntamientos forman parte activa de esta ruta, que acoge a un conjunto de bodegas y actividades económicas vinculadas con el turismo: hostelería, restauración, vinotecas, agencias de viajes, empresas de transportes… En definitiva, un tejido empresarial que intenta promocionar, no solo el vino de la zona, sino también su patrimonio.

“Nuestro entorno se caracteriza por ser un referente de productos agroalimentarios, entre ellos el aceite. Tenemos dos trujales, el de Arnedo y el de Alfaro, que también hacen líneas turísticas. Cualquier tipo de perfil de actividad económica agroindusrial que haga visitas puede formar parte de la ruta. Lo importante es vender todas las referencias de recursos naturales, culturales, patrimoniales de La Rioja Baja”, explica Rubio.

Dinamización común

Rubio señala que el objetivo principal de la Ruta de Rioja Oriental es, con la excusa del vino, dinamizar todo el conjunto de recursos, y para ello, “necesitamos que todos los socios trabajen como equipo y no como competencia”. Y para ello, se llevan a cabo actividades colaborativas culturales y de formación para incentivar y sensibilizar a los participantes.

“El primer lunes de cada mes invitamos a los socios de la ruta a visitar un territorio de la zona, para que ellos mismos ejerzan como oficinas de turismo. Lo que pretendemos con esta iniciativa es que ellos mismos sean conocedores de las demás infraestructuras y servicios, socialicen y se empapen de la ruta para luego poder venderla al exterior”. Hasta el momento, las visitas ya se han desarrollado en los valles del Ebro, Cidacos, Alhama-Linares y Leza.

Además, el equipo de la Ruta ha organizado una experiencia donde la fotografía y el cine se dan la mano en la actividad ‘Arte y vino’. “De entre mil fotos realizadas por la Asociación Foto Arnedo escogimos 37 para que, distribuidas en gran formato, se pudieran organizar exposiciones en los distintos establecimientos y Ayuntamientos de la Ruta”.

Así, cada dos o tres semanas, la exposición viaja de un lugar a otro acompañada de una sesión de seis cortometrajes relacionados con el mundo del vino cedidos por Entreviñas. “Tras la emisión de los cortos, los asistentes pueden disfrutar de una degustación de vino o aceite”.

Un sinfín de actividades en la zona

Bodegas, restaurantes, vinotecas, servicios de catas y visita a viñedos, empresas agroalimentarias y servicios de alojamiento, restauración y ocio se unen para que el turista disfrute de la historia, el patrimonio, la naturaleza, la cultura y la gastronomía de La Rioja Baja.

Además, la Ruta ofrece actividades de carácter enogastronómico, como el Festival Entreviñas de Aldeanueva; el Día del Ajo Asado de Arnedo, las Jornadas Gastronómicas de la Verdura de Calahorra, el Día de la Pringada en Préjano y Arnedo, las Jornadas del Ecolechón del valle de Ocón, las Jornadas de Exaltación de la Pera en Rincón de Soto, o la Semana Santa Verde en Alfaro.

Otros recursos que ofrece la Ruta son sus balnearios y pozas de aguas termales, la ruta de castillos y monasterios, los numerosos yacimientos de icnitas, el yacimiento celtíbero de Contrebia Leukade, las cuevas rupestres, como la de los Cien Pilares, y barrios de antiguas bodegas excavadas en la roca. Asimismo, museos y centros de interpretación sobre el vino, verduras, champiñón, aceite y alpargatas completan esta oferta cultural.

La Rioja Oriental es zona de Reserva de la Biosfera y Red Natura 2000 y, además de sus rutas por los viñedos, ofrece distintos recursos para disfrutar del medio natural. Rutas de senderismo, bicicleta y a caballo son algunas de las opciones para disfrutar de un paisaje único.

Pasaporte enoturístico

Desgraciadamente, la pandemia ha paralizado muchos de los planes establecidos para esta época del año en la Ruta de Vino de Rioja Oriental. “Todas son actividades de alto grado de socialización y la prioridad ahora es la salud”. Pero esta situación no ha hecho que la Ruta se cruce de brazos. De entre todas las iniciativas, Esther Rubio destaca el Pasaporte enoturístico, “un aliciente para los visitantes, ya que cuenta con suculentos premios trimestrales que pretenden aumentar el número de turistas en la zona”.

El pasaporte es un documento (tríptico en formato imprimible A4) en el que hay que conseguir sellos en los establecimientos socios o en los recursos turísticos de los ayuntamientos socios de la Ruta del Vino Rioja Oriental para optar a los premios.

Con dos sellos se opta a un lote de productos gastronómicos valorado en 75 euros, trimestralmente. Con 4 sellos, se opta a un fin de semana en Rioja Oriental para dos personas que incluye: una noche en alojamiento de la Ruta y desayuno; una comida y una cena basadas en la gastronomía característica de la ruta acompañada de vinos con Denominación de Origen y una visita a alguna de las bodegas de la ruta con degustación de vinos, así como visita guiada a uno de los recursos turísticos de la zona de la Ruta.