La Rioja

Una diana sin gente para la gente: el COVID-19 no puede con los “vivas” de Villavelayo

En el “verano de los pueblos” no hay verbenas ni fiestas patronales. No suele faltar la ‘marcha’ con la caída del sol entre viejos conocidos y veraneantes, pero casi todos los actos oficiales han sido suspendidos por eso de la pandemia. El COVID-19 ha dejado Anguiano sin danzadores, Haro sin soldados del vino y Arnedo sin ladrones de santos. Otras tradiciones del verano riojano han conseguido adaptarse como la fiesta del pan y el queso en Quel, donde no hubo lanzamiento pero sí reparto. Las cosas de la nueva normalidad.

En Villavelayo, este domingo no ha habido diana pero sí los tradicionales “vivas” a todos los vilayos. Ante la falta de fiestas oficiales y un cachibirrio que ostentara el poder, un grupo de jóvenes (y no tan jóvenes) de la localidad han decidido dar un pequeño homenaje a sus paisanos como siempre han hecho mediante el baile y el respeto. Todos fueron cachibirrios en anteriores ocasiones -alguno de ellos hace más de tres décadas- y ya sabían cómo ‘funcionaba’ la mañana. Madrugar, bailar, gritar y “dar hostias en las puertas”.

A las nueve en punto de la mañana, desde la ermita de Santa Áurea, este grupo de cachibirrios ha encaminado la primera cuesta del pueblo sin gaiteros ni jóvenes animosos a los que el trasnoche les suele confundir con los primeros rayos de sol. Con un altavoz como única compañía (viva el bluetooth) y la mascarilla como un complemento más del tradicional atuendo blanco, ha comenzado este peculiar homenaje para mantener viva una tradición de siglos que esta pequeña villa lleva con orgullo.

Al llegar a cada casa, sorpresa y emoción. La idea se había mantenido en secreto entre los cachibirrios para que el despertar del domingo fuera todavía más dulce. Baile ante la puerta, “vivas” correspondientes y a la siguiente morada en busca de vilayos. Nadie podía unirse a la comitiva. Las cosas de la nueva normalidad. Tocaba ser responsables. Y así, entre medidas de seguridad y respeto a la fiesta, Villavelayo ha vuelto a decir que vivan sus paisanos en el “verano de los pueblos”. Ahora que la vida vuelve a abrirse paso en la sierra riojana, también es hora de adaptarse a las circunstancias y mantener las tradiciones con responsabilidad.

Para el recuerdo quedará una ‘diana’ sin gente para la gente. El COVID-19 ha cambiado el paso de la sociedad, pero no el ritmo de la música. Y los vilayos han demostrado de sobra que saben bailar.

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