El Rioja

El arte de vestir una botella de vino y facilitar la vida de las personas

¿Cuántas veces has ido a abrir una botella de vino y te han entrado sudores fríos al ‘enfrentarte’ con la cápsula? Hay un momento crítico en toda comida o cena que los más torpes rehúyen. Entonces les entran ganas mirar el teléfono hasta el infinito. Los más temerosos incluso sienten el deseo de salir corriendo para no volver. ¿Qué hacer? Utilizar un cuchillo, sacar la navajita del sacacorchos o tirar de la cápsula hacia arriba (esto debería estar contemplado en el Código Penal) son las opciones más valoradas. Ninguna acaba con una solución satisfactoria, de esas que dices “me tienen que poner un sobresaliente. ¡Una matrícula!”. Por suerte, en esta vida prácticamente todo tiene solución.

Este reto lo ha solventado Rivercap con un nuevo sistema denominado “easy opening”. Lo cuenta su director general, José Sáenz de Santa María, para quien poner una cápsula en una botella de vino es como vestir a una persona. “Igual que tú te vistes de forma diferente para cada ocasión y para un evento puedes ponerte un esmoquin, cada vino puede vestirse de forma diferente”. Y ahí entra el diseño, el color, el tono, el mensaje, el peso… y, desde ahora, la utilidad a la hora de descorchar el líquido elemento. “El objetivo es facilitar la vida de las personas”. Fácil, sencillo y para toda la familia, que decía Kristian Pielhof en ‘Bricomanía’.

Rivercap ha incluido una tira microperforada en la cápsula que evita los desgarros y el andar con un cuchillo cual cirujano del Hospital San Pedro. “Es lo más rápido y así dejas el vestido y el mensaje a la botella”, comenta Sáenz de Santa María, quien también incide en que el consumidor de vino no es un catador profesional ni tiene por qué serlo. “Cuando pasamos por delante de varias botellas de vino, recibimos unos impulsos que son los que te hacen comprar una u otra”. Y ahí es donde entran en juego tanto el diseño como el marketing. También la investigación, que no puede parar.

“Hemos ido adaptando la empresa. Antes sólo teníamos colores básicos, diseños y maquinaria sencilla. Ahora tenemos miles de colores y diseños y máquinas muy avanzadas. Hemos diversificado nuestro portfolio porque los clientes van pidiendo más y más”, apunta el director general de Rivercap. Y es que se considera un “capsulero, pero con filosofía”. Discurso profundo y amor por lo suyo. “El vino transmite valor y hace vivir una experiencia. Y al igual que el zapato debe ir a juego con el calcetín, el vino debe ir en sintonía con la cápsula. Yo las considero casi como a una persona, que no pierde el estilo propio pero va adaptándose en función de la tendencia”.

Y en ese ir adaptándose, Rivercap ha hecho una clara apuesta por el respeto al medio ambiente: la cápsula AGL (Absolute Green Line). ¿Cómo? Investigación y desarrollo. No hay otra. Así, cuenta Sáenz de Santa María, sustituyeron las tintas tradicionalmente de base solvente por tintas de base al agua y el material complejo con un etileno que proviene de la destilación de la caña de azúcar. “Esto último nos costó cinco años de pruebas, pero lo hemos conseguido. El objetivo es reducir el impacto de la huella de carbono todo lo que podamos”.

Evolución digital

Otra apuesta de Rivercap por la innovación llega de la mano de las nuevas tecnologías. “Al mundo de la impresión le ha ocurrido como al de la comunicación. Antes teníamos máquinas de varios metros de largo y ahora el mundo digital nos permite crear e imprimir mediante la inyección sobre metales y plásticos”, cuenta el director general de la firma alavesa, aunque reconoce que este último empujón al trabajo sobre las cápsulas llegó por la enorme importancia de la impresión gráfica y del etiquetado en el vino. ¿Y qué ocurre entonces? “Que no hay límites a la creación. Puedes poner lo que quieras y entonces tiene una cápsula con valor añadido que aporta una experiencia y aumenta el contacto entre la bodega y el consumidor”.

Y si de aumentar la experiencia se trata, la última vuelta de tuerca (¿última vuelta de corcho?) es la realidad aumentada que han implantado en las cápsulas. Sí, sí. “Solo requiere la app SnapPress para activar el contenido interactivo (vídeos, animaciones, tutoriales, enlaces a las redes sociales, mensajes…) y permitir la interacción entre la marca y sus clientes a través de las cápsulas”, cuenta Sáenz de Santa María. “Imagina que vas a empezar a cenar y te dicen ‘disfruta de este vino’ o ‘que seas feliz'”, reflexiona. Y así, llegar al corazón del consumidor o apelar a su recuerdo para mejorar su experiencia. Crear un vínculo a través de algo a lo que casi no prestamos atención al abrir una botella, pero que es ese vestido para una boda o ese pantalón de deporte al salir a correr. Diferentes ambos, pero imprescindibles.

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