El BM Logroño ya ha comenzado la preparación para esta atípica temporada marcada por el coronavirus. Un conjunto franjivino ya acostumbrado a las caras nuevas y a las bajas de impacto: se han ido jugadores muy importantes como Sergey Hernández, Imanol Garciandia o Lazar Kukic, para dejar paso a seis caras nuevas (Domen Sikosek, Agustín Casado, Rangel Luan, Antonio Serradilla, Oswaldo Maestro y Délcio Pina, este último pendiente de llegar por trámites administrativos.
En el banquillo, Miguel Ángel Velasco comienza su tercera temporada como primer técnico del club. Se muestra con sensaciones positivas, aunque reconoce que hay que desinfectar y tomar más precauciones que nunca. Con respecto a la circunstancia de no participar en competiciones europeas, es bastante claro: “Estamos muy mal acostumbrados. Llevábamos diez años seguidos y todos nos lo hemos tomado bastante bien. El cuerpo técnico y los jugadores somos conscientes de lo que hay, de todos los problemas que tiene jugar en Europa. Creo que por dar un paso atrás este año no pasará nada”.
Por otro lado, reconoce estar acostumbrado a los vaivenes en los mercados de fichajes y no quiere ponerse un objetivo concreto de clasificación: “A mí la directiva nunca me ha dicho si tengo que quedar aquí o allí”. Velasco pondera el trabajo diario y pone énfasis en sus rivales directos: el Bidasoa, el Ademar, el Granollers, el Cuenca y apunta al Anaitasuna y al Puente Genil como posibles revelaciones. Por último, valora la competición, formada por dieciocho equipos en vez de los dieciséis habituales: “Hay Mundial, Preolímpico y Juegos, es más carga para los jugadores, aunque todo está en el aire”.
El capitán Miguel Sánchez – Migallón afronta su séptima temporada en Logroño. En la línea de su técnico, subraya la necesidad de adaptación a las circunstancias creadas por el coronavirus, tanto en los entrenamientos, como en los encuentros, que deberán jugarse con una limitada asistencia de espectadores: “El deporte sin aficionados es menos deporte, básicamente nosotros jugamos para los aficionados; se va a notar y les pediremos a los que vengan que animen por tres”.
Las nuevas caras también han desfilado delante de los micrófonos. Alegría y ambición en todos ellos. Antonio Serradilla apunta hacia la segunda plaza: “Puede ser bonito, Logroño puede aspirar a ese lugar. Agustín Casado pretende aprender, mejorar y adaptarse lo antes posible. Por otro lado, el brasileño Oswaldo Maestro eligió Logroño por su forma de jugar al balonmano y por algo más: “Juntar cuatro brasileños siempre está bien (risas). También apunta alto: “Ser segundo no es un fracaso, pero esa tiene que ser la ambición”.
