Cada vez que en el horizonte de Rincón de Soto se atisban nubes tormentosas, entre los vecinos de la localidad aflora un temor más que justificado. “Que solo sea lluvia”, ruegan al cielo, porque de granizo andan ya mucho más que servidos.
Este miércoles el cielo ha vuelto a descargar ‘piedra’ en esta localidad riojana, que el pasado viernes vio cómo un frente arrasaba con su bien más preciado: los perales. “Es desolador y triste ver toda esta fruta dañada en el suelo”, señalaba la consejera de Agricultura en su visita para evaluar los daños en las cosechas.
El segundo pedrisco en cinco días no ha sido -en apariencia- tan virulento como el primero, pero seguro viene a castigar aún más unos cultivos que alimentan a cientos de familias en la localidad, que le teme ya a una nube como a una vara verde.
