El Rioja

Javier Gurría: “La tecnología esencial para una bodega es la reserva de visitas online”

Javier e Iñaki Gurría (JIG) se dieron cuenta hace un tiempo de que las bodegas recibían a grupos de cuarenta o cincuenta personas por visita y que sólo ‘conocían’ a una cuarta parte. ¿A qué nos referimos por conocer? A tener sus datos: nombre, edad, lugar de procedencia, correo electrónico… ¿Por qué? Siempre hay un ‘encargado’ de comprar las entradas para ir tres o cuatro personas a un mismo sitio. Incluso aunque estés en la fila del fútbol, el parque de atracciones o el concierto.

En JIG pensaron entonces en hacer una “cata tecnológica” para introducir una especie de juego al finalizar la visita a la bodega con el que pedir los datos. Mientras estás probando esos ricos vinos y charlas con tu agradable compañía, un pequeño Trivial para agudizar los sentidos y pasar un buen rato. ¿Te gusta este vino? ¿Será crianza o reserva? El resultado fue un aumento del ochenta por ciento en el volumen de datos obtenido por las bodegas que utilizan sus servicios.

“Imagínate que tienes todo eso y tienes que volver a empezar tus visitas enoturísticas tras el COVID-19”, reflexiona Javier Gurría. Vamos a preguntarle para salir de dudas.

– ¿Qué puede aportar la tecnología al enoturismo?

– Una de las cosas más importantes que ahora mismo nos aporta es poder analizar los datos y tenerlos antes de que el usuario venga a visitarnos. Esto antes era más complicado. Ahora, podríamos llegar a preparar visitas ‘ad hoc’ para cada visitante si contestan a un pequeño cuestionario cuando hacen una reserva.

– Si yo tengo una empresa de servicios enoturísticos o una bodega, ¿qué tecnología es la que no me puede faltar?

– Un sistema de reservas online. Si tienes un buen sistema de reservas online, vas a conseguir que muchos de tus usuarios terminen comprando la visita. La razón fundamental es que tendrán la confianza de que su visita se producirá en el día y la hora a la que la contratan. Antes había que mandar un correo a una bodega para ir a visitarla y podíamos encontrarnos con esta bodega cerrada. Ahora esto es prácticamente imposible y no sólo desde la parte de la bodega, que tiene que ofrecer un servicio online para que la gente conozca sus servicios sino para su propia organización. Si tú sabes tres o cuatro días antes las personas que te van a visitar el sábado y el domingo, puedes organizarte desde el punto de vista personal, tanto en guías como en tienda.

– ¿Cuáles son las principales dudas que plantean desde las bodegas?

– Si la gente está dispuesta a pagar. “¿De verdad que la gente está dispuesta a pagar?”, nos preguntan. Y yo siempre digo lo mismo: Si tú estás dispuesto a pagar o hacer una cosa, la gente que tienes alrededor va a hacer exactamente lo mismo porque no es rara y tiene cada vez más confianza en la compra por internet. La gente quiere saber seguro lo que va a hacer y ahora los medios online te ofrecen eso. Así puedes llevar tu fin de semana más o menos organizado.

– En el año 2021…

– El mayor problema que se presenta para las bodegas que no tienen sistemas online de pago es que ponen “pagar en bodega” y el porcentaje de personas que no se acercan entonces es muy alto. La duda que tienen es que si no ponen “pago en bodega” igual la gente no va, pero eso es falso. La gente está muy acostumbrada, y ahora con el COVID-19 lo hemos visto, al pago electrónico y a pagar con el móvil. Con tomar las medidas justas de seguridad en tu web, el cliente que quiere reservar lo hace.

– Hablando de COVID-19, ¿habéis notado más consultas sobre tecnología en este tiempo?

– Nosotros gestionamos muchas páginas web de bodegas y pasamos de recibir reservas a miles de cancelaciones. Ahora toca volver a poner en marcha todo otra vez. Yo lo que recomiendo es que, en vez de poner todo de golpe, hay que pensar en montar un buen sistema de reservas aunque se tarde un poquito más.

Cata tecnológica en Bodegas Franco Españolas

Si el COVID-19 vuelve a pasar (esperemos que no), debemos estar preparados para que las herramientas nos permitan hacer de todo: cancelación automática, cambio por futuras reservas, cambio por bonos… para todo lo que ha ocurrido ahora, que ha sido una locura, que tengas herramientas ya previstas. Al final es dar un buen servicio al cliente. Todos hemos visto ahora que si teníamos reservas por ahí y nos han dado un buen servicio al devolvernos el dinero o darnos opciones e elegir, todas esas empresas están bien valoradas.

– ¿Cuál es el mayor reto?

– Lo más difícil es que la gente vuelva a visitar las bodegas porque tenemos que transmitir confianza. No en la bodega sino en la salud y eso va a costar. Si tú en La Rioja tienes una buena base de clientes que te han visitado, bien segmentada sabiendo de dónde son, puedes acercarte a tus clientes de Navarra o País Vasco, por ejemplo, porque son los más cercanos y los primeros que se van a poder mover. Esa es la virtud de la tecnología y el valor del dato.

– Por último, la eterna duda. ¿Cuánto hay que gastarse para implantar esta tecnología?

– La inversión mínima es aquella que realmente da servicio a lo que tú necesitas. Es decir, no hay una cantidad. Nosotros somos muy dados al modelo de SAAS (software as a services) en la parte de pago por uso. Nosotros te proveemos de la plataforma y te cobramos muy poquito por adaptarla a la imagen que tú quieras. Luego sólo te cobramos si la plataforma funciona. Si tú vendes entradas, yo cobro. Si no vendes entradas, yo no cobro.

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