Finca del Marquesado es una ilusión que comenzó Jesús Martinez Bujanda hace 38 años, en 1982. Había llegado a la conclusión de que los vinos que emocionan son aquellos que transmiten una historia personal. Sentía que esa historia tenía que nacer desde el paisaje y sus gentes, desde sus tradiciones y sabores.
Su hijo, Jesús Martinez Bujanda, es el que acometió la plantación de las viñas y fue completando con parcelas colindantes, hasta dar forma a lo que hoy es Finca del Marquesado: 187 hectáreas, de las cuales 135 son de viñedo, con una media de edad de 30 años, con parcelas que alcanzan 640 metros de altitud.
Y es ahora la quinta generación, Jesús y Ana Martínez Bujanda quienes firman el nuevo capítulo de la historia, dando un paso más allá convirtiéndola en cuna de la biodiversidad.
«La agricultura actual no puede basarse en seguir pidiéndole a la tierra más esfuerzos. Hemos de devolverle su fuerza y trabajar para lograr un agrosistema vitícola sostenible. Nuestro camino es lograr una conservación de lo natural, ser capaces de mantener y potenciar el ecosistema de esta zona», apuntan.
Ahora salen al mercado los vinos fruto de esta increíble finca y de este proyecto de biodiversidad.
Son, en concreto, La Gargantilla Tempranillo y La Gargantilla Garnacha, dos vinos de parcela dentro de esta finca que muestran la forma más pura y vibrante de estas dos variedades riojanas, con selecciones muy limitadas.
Por otro lado está Finca del Marquesado Selección, un vino que transmite la madurez del Tempranillo, el frescor de las hierbas mediterráneas y flores de la zona. Un crisol de colores, aromas y sabores. Y a ellos hay que sumar Finca del Marquesado Crianza (origen, sabor, tierra paciencia, ilusión… un vino lleno de vida) y Finca del Marquesado Rosado (color, viveza, alegría, toda una sinfonía de aromas y matices para los sentidos).
Sigue el canal de WhatsApp de NueveCuatroUno y recibe las noticias más importantes de La Rioja.