Agricultura

El agro riojano prevé una temprana cosecha del cereal “con poco peso específico”

Abril y mayo, llaves de todo el año. Y no le quita razón este refrán a lo bien recibidas que han sido las precipitaciones durante el confinamiento entre el sector agrícola. A las puertas de la temporada estival, el campo riojano luce lustroso, a diferencia del año anterior. Pero con cierto adelanto ya comienzan a tostarse las primeras cebadas, sobre todo en la mitad más oriental de la región.

Unidas a esas abundantes lluvias ha venido el abundante calor. A pocos días de dar comienzo a una nueva cosecha del cereal, se prevé recolectar un grano con “poco peso específico” debido a esas altas temperaturas. Así lo considera el cerealista Honorio Pinilla, con cerca de 500 hectáreas sembradas en la zona de Ausejo y Ocón: “No sé por qué pero creo que la cosecha se va a torcer en el último momento. Se preveía un año buenísimo por la cantidad de agua que ha tenido el campo, pero este calor se lo está cargando y creo que el rendimiento va a ser menor que el esperado”.

Aunque alguno ya toma la delantera en la tarea, como “en Lodosa, donde prevén comenzar esta misma semana”, Pinilla estima que pondrá en marcha la siega el primer fin de semana de junio, aunque siempre con la vista puesta en el cielo. “Dan lluvias para esta semana y puede trastocar todo”. Lo “mejor” que pueden esperar ahora los agricultores es una bajada de las temperaturas y “la entrada de cierzo para que desaparezca este bochorno”, porque de humedad andan servidos.

Desde el almacén Garu en Ausejo apuntan al 10 de junio como fecha de comienzo. Su responsable, Luis Miguel Ezquerro, recalca que no hay que precipitarse porque “luego traen el grano con humedad y se les echa para atrás”. Hasta mediados de junio estima que no se generalizará la cosecha en esta zona y La Rioja Baja. Por su parte, considera que el rendimiento “no va a ser malo, aunque la calidad va a caer por la abundante producción que se espera”.

Ezquerro se remonta a la cosecha de 2016 para reflejar la similitud de un “buen año” para el cereal: “Aquel año se sacó un rendimiento de 5.000 kilos por hectárea en esta zona, cuando lo habitual es rondar lo 3.500, y para este se estima algo similar”. Otra cosa son los precios. “Solo se libra el trigo panificable, porque en el caso del forrajero y la cebada los precios están fatal. Fácilmente han podido bajar 6 euros la tonelada”, apunta Pinilla.

En La Rioja Alta, la zona más productiva del cereal en la región, se escucha más el refrán ‘Agua de por mayo, pan para todo el año’. Para esas variedades más tardías la necesidad de agua es “urgente” para el desarrollo favorable del grano, “porque lo adecuado sería estar a 22 o 24 ºC”. El cerealista Óscar Salazar resalta que en la zona de Foncea, donde él siembra, “todavía es pronto para pronosticar niveles de calidad y producción, pero es determinante que llueva porque las perspectivas de cosecha que había eran muy buenas”.

Hongos y fauna, problemas “endémicos” del cereal

Parece que las tormentas que se adentran en La Rioja a partir de este domingo se van a recibir con los brazo abiertos en el agro riojano, “siempre y cuando no vengan acompañadas de piedra”. Pero la mirada también está puesta en otros problemas fúngicos del cereal. La abundante humedad ha traído consigo la aparición de hongos, sobre todo, en los trigos, y el responsable del almacén Garu en Ausejo asegura que para este cultivo y variedades como los triticales se trata de un “mal endémico” porque “los tratamientos se van a convertir en una costumbre”.

Otro ‘handicap’ al que alude Ezquerro y “que no se aprecia tanto en La Rioja Alta”, es la excesiva fauna silvestre que ha destrozado infinidad de cultivos cerealistas en la zona más oriental, otra razón, sumada a la meteorológica,”que va a producir mermas en la producción”.

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