Agricultura

“Más sombras que luces” en una campaña de la cereza escasa y dañada

La campaña de la cereza ha regresado con cierto adelantamiento en fecha y una notable merma en la producción ocasionada por los daños de las lluvias que han afectado a casi todas las zonas de cultivo. Un escenario de “luces y sombras”, aunque “con mas sombras que luces”, tal como apunta desde Quel el agricultor Santiago Jiménez, “porque aunque los precios sean altos debido a la escasa oferta, muchas parcelas están destrozadas al cien por cien en la zonas de La Rioja Baja”.

Un fruto que, dañado o no, se ha de tratar igual porque puede ser un vector de enfermedades para aquellas cerezas sanas, aunque finalmente no se puedan vender. “Si tienen alguna raja, es mejor dejarlas y dar cuenta al seguro porque lanzarlas al mercado así es inviable, en unas horas están totalmente dañadas y sin posibilidad de darle salida, sin contar los problemas que eso te genera con los clientes”, reseña Jiménez, propietario de siete hectáreas de cerezos.

La temporada no ha hecho más que empezar, ya que hasta mediados de junio no se alcanza el pico mayor. “Ahora toca entresacar las variedades más tempranas, es decir, coger las primeras cerezas que ya tienen color en aquellas fincas que no han sido dañadas por la lluvia”, explica. Una labor para la que Jiménez no requiere de personal adicional, aunque en este cultivo no se ha notado la falta de mano de obra porque este año viene “muy flojo” en comparación con el anterior, “así que la oferta de trabajo va a ser escasa”.

Para la comercialización, en cambio, este agricultor no prevé problemas debido a la escasez de producto. “Casi todo va destinado a los mercados centrales, aunque en mi caso que comercializo mucho en ecológico no es un buen año. Estas variedades son más propensas a coger hongos, los tratamientos son más delicados y las herramientas, más limitadas”, apunta. Por su parte, Roberto Miguel, también agricultor de Quel, es tajante y cree que “la cereza va a desparecer por la climatología, porque todos los años se rajan y no se puede depender tanto del tiempo para el desarrollo de un producto”.

La ciruela, “cosecha mermada pero venta asegurada”

Este fruto también prevé tener una “cosecha mermada” para la campaña de este año pero, a diferencia de las cerezas, es mucho más resistente a las lluvias. “La escasa producción se debe, principalmente, a que la temporada anterior fue abundante, con un 60 por ciento del producto destinado a la industria porque no alcanzaba el tamaño óptimo”, apunta Miguel, también presidente de la Asociación de la Ciruela de Quel y Nalda.

Otro de los motivos que alega este agricultor es el daño causado por las plagas de conejos que “han obligado a arrancar el cerca del 10 por ciento de la superficie cultivada en la región, que ya de por sí no es abundante”. Para este año la campaña se prevé que se adelante a inicios de agosto, pero el mantenimiento de esta fruta no es problema porque se conserva muy bien. “Las de variedad reina claudia, auspiciadas por esta asociación, siempre se venden, a más o menos precios pero siempre tienen salida en los mercados, sobre todo, del norte de España”, señala Miguel.

Tampoco en el caso de la recolección de la ciruela se prevé un problema para encontrar mano de obra suficiente: “A poca cosecha, poca plantilla”. Lo que tiene entre manos ahora la asociación es el cambio de Marca de Calidad a Indicación Geográfica Protegida, un distintivo que “otorga reconocimiento a nivel europeo, además de la posibilidad de exportar de forma directa y diferenciarte del resto de productores”. Sin embargo, Miguel augura un año de “precios bajos” en el mercado porque “la ciruela no supone un producto de primera necesidad y para que se consuma tendrán que bajar su coste”.

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