En el seno de la Unión Deportiva Logroñés no salen de su asombro ante el modo en el que la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) está gestionando la finalización de la presente temporada, en la que el cuadro riojano aspira al ascenso a Segunda División.
El vicepresidente de la entidad, Juanjo Guerreros, ya dejó clara hace varias semanas su postura al respecto: si no se puede volver a jugar, deben ascender los primeros clasificados de cada uno de los grupos de Segunda B. No obstante, la RFEF ha seguido adelante con su plan de disputar un playoff exprés y este martes ha trasladado a los clubes implicados un protocolo “sobre la salud en la vuelta a la competición en el fútbol”. Y es ahí donde la sorpresa ha vuelto a instalarse en las oficinas de Las Gaunas.
“Estamos sorprendidos sobremanera del protocolo enviado esta mañana por la RFEF a las 9:15 horas, donde recomienda unas medidas sanitarias que no son de obligado cumplimiento”, señala Guerreros, recalcando que “nos hubiera gustado, en favor de la igualdad en la categoría, que los clubes implicados tuvieran la obligación de cumplir un protocolo acorde a la epidemia que estamos sufriendo, más allá de un repaso de cómo los futbolistas se pueden poner en forma tras un largo parón”.
Paredes y Rubén Martínez celebran el tanto al Salamanca/ Fuente: Eduardo del Campo
La entidad blanquirroja no entiende “que no exista la figura del observador independiente que vele por el cumplimiento de lo que debería ser un protocolo obligatorio, con fases de vuelta a la competición iguales para todos y cobertura legal por si la desescalada es diferente en cada región”. No en vano, el Ibiza ha vuelto a entrenar esta semana con la entrada en vigor de la ‘Fase 1’, mientras que otros clubes (el Castellón, por ejemplo) lo tiene prohibido al encontrarse en la ‘Fase 0’.
De hecho, el conjunto blanquinegro ya ha mostrado este mismo martes su malestar por descontrol existente respecto a la disputa del playoff de ascenso a Segunda. Cabe recordar, no obstante, que la disputa de la promoción de ascenso queda condicionada al visto bueno de las autoridades sanitarias. Un hecho que, hasta la fecha, no se ha producido.
