Crisis del Coronavirus

“La imagen de las cooperativas no se corresponde con la calidad de sus vinos”

Pablo Sampedro, gerente de la Bodega Cooperativa Covila. | FOTOS: AMAYA GARRIDO

En una localidad de apenas novecientos habitantes, el número de bodegas que decoran Lapuebla de Labarca (Rioja Alavesa) asciende a 25. Más allá de las marcas familiares, esta empresa con tan solo 22 socios (en sus inicios comenzó con cerca de sesenta) difiere del resto de cooperativas en su estrategia de comercialización, uno de los motivos por los que ha sido premiada recientemente como la Mejor Cooperativa 2020 según la lista de Tim Atkin.

Así lo explica el gerente de Bodegas Covila, Pablo Sampedro, quien la define como una sociedad que se formó hace tres décadas de la mano de aquellos viticultores de la zona que querían aunar esfuerzos e ir más allá de la producción de uva. Ahora, sin embargo, su participación se ha visto mermada, en parte, por la falta de relevo generacional que ha propiciado que la jubilación de los antiguos socios no venga acompañada de la incorporación de jóvenes viticultores.

– ¿Cómo se recibe el reconocimiento de Tim Atkin?

– Con orgullo porque nos consideramos un referente dentro de Rioja al ser una empresa relativamente joven y estar muy enfocada a la comercialización, mientras que la mayoría de cooperativas se dedican a vender graneles y uvas. Eso se une al factor calidad porque nuestros viñedos están en zonas sin concentración parcelaria y eso permite tener cepas antiguas en suelos originales. Aunque nuestro principal mercado está en la exportación, con el 60 por ciento de la facturación, destacando los vinos Reserva, Gran Reserva y de alta expresión. En Rioja, las cooperativas producen el 40 por ciento del vino, mientras que solo comercializan en embotellado el siete. A nivel nacional, producen el 70 por ciento y solo comercializan el seis. Es decir, cuanto más valor tiene el vino menos conseguimos vender en el mercado nacional.

– ¿A qué se debe esa mala imagen de las bodegas cooperativas?

– El problema de imagen es más a nivel nacional y es que no se corresponde con la calidad de los vinos que ofrecemos. Hay mucha gente que cuestiona el producto final proveniente de cooperativas sin ni siquiera haberlo probado. El vino es un mercado muy marquista y tiene una parte muy tradicional y en ese sentido es muy difícil entrar como cooperativa. Pero creo que, a medio plazo, y más en el mercado de exportación, sí se está dando un paso hacia una economía más sostenible. Las empresas más ‘socialmente responsables’ como las cooperativas otorgan al propietario del viñedo más peso en el proceso productivo y acceden así a una mayor parte del valor añadido.

– En una cooperativa con un nivel de facturación proveniente en gran parte del mercado exterior, ¿cómo ha afectado el cierre de fronteras motivado por la epidemia?

– Los problemas aparecieron con China, un mercado que ya arrastraba anteriormente un mal año, pero se han ido acuciando con el paso de las semanas y el determinante cierre del canal de restauración Horeca. Nuestra cooperativa, por el momento, registra unas pérdidas del 60 por ciento y desde el 14 de marzo, nuestra facturación a nivel nacional se reduce a cero. En lo que respecta a la exportación, todo lo relacionado con la restauración también está parado, pero sí vendemos a supermercados y algunos clientes que tienen comercios de alimentación. Está claro que el coronavirus va a ralentizar el sector, pero paralizarlo por completo es complicado.

– Este martes saltaban las alarmas entre los viticultores cuando la bodega Marqués de Cáceres anunciaba de forma individual a varios de sus proveedores que este año no recogería sus uvas. ¿Cómo considera esta medida?

– Realmente creo que han actuado bien. Han visto un problema y lo han comunicado pronto, dando tiempo a los viticultores a buscar alternativas. Si esta noticia la comunican en septiembre sí que hubiera sido un problema. Lo honesto es explicar la situación porque si tienes que comprar uva pero no tienes los recursos para hacer frente a esos pagos… Lamentablemente, creo que otras bodegas pueden hacer lo mismo pero dudo que se genere un efecto dominó, todo dependerá de la situación particular de cada una pero siempre van a proteger su estructura. En mi opinión creo que los más perjudicados podrán ser aquellos proveedores menos estratégicos para las bodegas.

– ¿Qué previsiones hace para el sector vitivinícola de cara a estas vendimias?

– Se presenta un año complicado y hay que plantear fórmulas especiales para reorganizar el sector, pero donde sus operadores tomen decisiones, no las administraciones. A partir de ahí, el clima que se respira entre los viticultores es, primero, de complicaciones a la hora de contratar mano de obra para la realización de las labores en la viña, una situación que si se prolonga de cara a las vendimias puede provocar que sea una cosecha muy lenta y con problemas debido a las restricciones de movilidad. La otra cuestión es el precio de la uva, el cual es sabido que va a sufrir correcciones dadas las circunstancias, pero ante todo hay que garantizar la vendimia. También se contempla una bajada en los rendimientos para sostener algo los precios. Lo cierto es que esta campaña va a requerir de un esfuerzo tanto de las bodegas como de los viticultores.

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