El Gobierno de La Rioja ha finalizado de hacer test a todos los residentes y trabajadores de los centros de la tercera edad en la región. El objetivo de esta medida, recordaba el pasado viernes el portavoz Chus del Río, era facilitar la labor de sectorización y contener así la rápida expansión del COVID-19 entre esta población tan vulnerable.
Del Río ha anunciado que actualmente hay 310 residentes con PCR positivos y que 203 ya han recibido el alta. Estas dos cifras se unen a la de fallecidos en esos centros, que este domingo ha alcanzado los 178 (56,5 por ciento del total de la pandemia en la región).
“El mando único trabajará a lo largo de la semana para actualizar la información”, ha añadido el portavoz, indicando que el 66 por ciento de los residentes “están bien” porque no tienen síntomas ni han dado positivos en los test PCR o han dado negativo en los test rápidos. “Hay trece residencias en los que no hay ningún caso confirmado por PCR ni ha habido fallecidos”, ha detallado.
Una medida para sectorizar
La realización de los test serológicos arrancó el pasado 4 de abril. “Seguramente no son tan fiables pero sí que permiten localizar con certeza los casos positivos”, indicó entonces Del Río, quien este viernes explicaba que el alto número de positivos asintomáticas fue el motivo de no continuar dando los datos concretos de cada residencia”.
Se buscaba así, detallaba, evitar confusiones como las que se han dado en los últimos días cuando se mezclan datos que no tienen nada que ver. Por ejemplo, las denuncias de CSIF en las residencias de Lardero (aseguraba el sindicato que el ochenta por ciento estaba contagiado) y Santa Justa (indicaba que un tercio había contraído la enfermedad). Ambos datos fueron desmentidos por el Gobierno y la residencia.
“Por un lado están los confirmados por PCR y por otro los positivos en personas asintomáticas. Se sectorizan de la misma manera, pero no se pueden contabilizar igual”, concluía Del Río.
