Los datos de COVID-19 en La Rioja invitan al optimismo. Pese a la triste cifra de fallecidos que deja la pandemia, las cifras de las últimas semanas indican que la ‘fase de meseta’ ya ha concluido y ha comenzado la fase de descenso. Así lo ha asegurado del director general de Salud Pública, Enrique Ramalle, quien también ha querido hacer un llamamiento a la prudencia: puede haber picos en esa caída, los conocidos como “dientes de sierra”.
Ramalle se basa en dos indicadores para realizar esta afirmación. El número reproductivo básico, también llamado ‘índice RO’, que mide el número de personas que es capaz de contagiar un paciente. En el caso de La Rioja, este se encuentra por debajo de uno desde el pasado 8 de abril (actualmente 0,78).
Otra cifra que invita al optimismo es la tasa de crecimiento. ¿Cuánto ha crecido en los últimos catorce días? El director general de Salud Pública, denominado por la consejera como el ‘Fernando Simón riojano’, ha explicado que ahora mismo es negativa (seis por ciento).
Lo cierto es que la presión asistencial también ha caído en las últimas semanas. De los más de cuatrocientos pacientes que había hospitalizados con coronavirus en la región a primeros de abril, ahora se encuentran la mitad (190 este sábado). Similar camino ha recorrido la UCI del Hospital San Pedro, donde se encuentran dieciséis pacientes frente a los cuarenta que registró el pasado 4 de abril.
Las personas curadas ya son 1.999 y este domingo superarán las 2.000. Ya queda un día menos para vencer a la pandemia, que ha entrado en fase de descenso”.
