Entre los múltiples efectos del confinamiento, uno de los más llamativos es la presencia cada vez más usual de animales salvajes en entornos urbanos. En los últimos días se ha podido ver a corzos correteando por las calles de Valladolid o jabalíes dándose un paseo por la capital del reino.
Sin llegar a estos extremos, un vecino de Cascajos se ha puesto en contacto con el Sereno para alertarle de un bañista muy particular en la piscina de su comunidad de vecinos. “Al asomarme a la ventana he visto algo moverse en el agua y ha resultado ser un pato. Es la primera vez que lo vemos y supongo que el escaso movimiento del vecindario estos días le habrá animado a darse un bañito en la piscina”, explica.
No muy lejos de allí, en Baltasar Gracián, otra lectora alertaba a principios de marzo al Sereno de la presencia de dos patitos dándose un chapuzón en su piscina, algo que atribuyó entonces a las fuertes ventoleras que soplaron en Logroño en aquellas fechas.
