Aunque el sector ganadero se haya considerado uno de los “esenciales” en los tiempos que corren de cuarentena, los efectos de esta crisis tampoco le dejan inadvertido. En plena Semana Santa, estos días la venta de corderos y su precios deberían dispararse pero, por el contrario, los ganaderos no consiguen dar salida a los lechales, principalmente, por el cierre del canal de restauración ‘Horeca’ (hoteles, restaurantes y cafeterías).
Es por ello que cerca de medio centenar de ganaderos riojanos de ovino y caprino se han unido para participar en el proyecto nacional ‘Solidarios y Ganaderos’ para donar estas cabezas de ganado a los más necesitados, así como a residencias de personas mayores, comedores sociales y personal sanitario, entre otros beneficiarios.
En concreto, este lunes dos ganaderos de Rincón de Olivedo e Igea han sido los primeros en comenzar con esta iniciativa en la región, al enviar 22 corderos al matadero de Calahorra para que se distribuyan entre las familias más vulnerables de dicha localidad. La coordinadora del proyecto en la comunidad, e hija de uno de estos benefactores, Rocío Antón, asegura que las entregas se hacen de forma escalonada para no colapsar: “Con unos 220 kilos de carne que hemos donado hoy podemos contribuir a la causa y todavía tenemos unos diez o doce corderos de otro ganadero de la Rioja Baja a la espera de llevarlos al matadero. Cada uno colabora en la medida de sus posibilidades, pero este tipo de acciones reflejan el espíritu del sector”.
En la otra punta de La Rioja, Antón cuenta con la ayuda del ganadero trashumante Gabriel Esteban, quien gestiona las donaciones entre los miembros de la Asociación de Ganaderos de las Siete Villas y los que viven en los municipios del Alto Najerilla. “Nos hemos coordinado muy bien entre transportistas, matadero, carnicerías y veterinarios para asegurar la trazabilidad del proceso y ya tenemos listas entre setenta y ochenta cabezas de ganado ovino para entregar la semana que viene”, apunta. Por el momento ya cuentan con destinatarios fijos: las residencias de personas mayores de Anguiano y Lardero, la Cocina Económica de Logroño y un hotel que aloja a personal sanitario.
“Engordar los corderos a la espera de una situación mejor para venderlos tampoco es una buena opción porque se desconoce cuándo va a ser un buen momento para asegurar su salida, además de que eso provocaría un atasco de corderos para los cuales igual luego no hay suficiente demanda”, considera esteban al tiempo que añade: “Estamos en la época de paridera natural y el poco cordero que se sacrifica se paga muy barato, mientras que en los supermercados no ha variado el precio, por lo que no se puede conseguir que la gente lo consuma a ese coste”.
Por ello, “ante la incertidumbre del futuro, el hecho de que no tienen precio y que si se mantienen a la espera no van a hacer más que encarecer el producto”, estos ganaderos han decidido que lo mejor es darlos ahora para, además de ayudar, “visibilizar al sector primario en general demostrando su importancia en estos momentos de crisis”.
