Habrá quien lleve la cuenta exacta de los días que llevamos de confinamiento. Otros, sin embargo, hacen suya la frase de “ya ni sé en qué día vivo”. Son tiempos difíciles para todos, pero, el poder insospechado de la imaginación de algunos permite que la cuarentena sea más llevadera.
Es el caso de Sergio, que, tras recibir un mensaje por WhatsApp con un juego en el que debías adivinar por medio de emoticonos varios pueblos de Cádiz, decidió hacer lo mismo con La Rioja: “Empecé con uno facilito, Haro, pero fui tirando de la cuerda y vi que salían unos cuantos”.
Este ingeniero de la Administración comenzó a darle vueltas a la cabeza un día después de cenar. “A la mañana siguiente continué, y así dos tardes más, repasando y corrigiendo todo con ayuda de mi pareja”. Todo fue muy rápido, “lo mandamos a un par de grupos de amigos y en un rato ya estaba por todas partes”, hasta el punto de convertirse en el auténtico juego viral de esta cuarentena.
Sergio reconoce que no se esperaba esta repercusión, pero “con estas cosas te das cuenta de lo rápido que se transmiten hoy en día los mensajes por cualquier red social; lo mismo que está pasando con el virus, que sin darte cuenta se expande a una velocidad increíble”.
Gracias a su trabajo es gran conocedor de la geografía riojana: “Hubo algunos que se hicieron cuesta arriba y tuvimos que retorcernos la cabeza para sacarlos, como los de Arenzana o el de Autol, que mucha gente confundió con San Millán de la Cogolla”.
Pero el objetivo estaba claro: buscar la diversión y que “la gente se olvidara del encierro”. Sergio sabe que alguna secuencia de emoticonos podía llevar a confusión, pero cree que “así es más divertido y la gente se pica más”. Es el caso del ‘enigma’ de Nájera, que muchos resolvieron como Reinares, aunque “también encaja”.
¡Bendita imaginación en tiempos de crisis!
