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La ‘paz social’ llega al fútbol femenino con la firma del convenio colectivo

El primer convenio colectivo del fútbol femenino ya es una realidad. Tras meses de intensas negociaciones, los clubes y los sindicatos de jugadoras se pusieron de acuerdo el pasado lunes. Y este miércoles, todos los grupos políticos votaron a favor en el Congreso de los Diputados. Por fin, las futbolistas del EDF Logroño y de los otros quince equipos de Primera Iberdrola podrán disfrutar de derechos laborales que demandaban para que su deporte sea, en efecto, profesional.

Durante todos estos meses, las principales demandas eran la jornada completa y el salario mínimo. Finalmente, este será de 16.000 euros brutos anuales al 75 por ciento de parcialidad, o lo que es lo mismo, 12.000 euros. Además, los clubes tendrán que indemnizar a las jugadoras que estén contratadas a media jornada, debiendo modificar obligatoriamente su contrato a los tres cuartos acordados.

Otro punto muy importante es el protocolo de maternidad, mediante el cual una jugadora embarazada podrá ser renovada automáticamente en las mismas condiciones si disputa su última temporada. Además, se aplicarán pluses de antigüedad, que oscilarán entre los 2.000 euros (seis temporadas) y los 3.500 (nueve temporadas o más). Estas bonificaciones se aplicarán a jugadoras que sean convocadas al menos en doce partidos, o que logren jugar un mínimo de diez encuentros.

Seguro por accidente y derechos varios

A partir de ahora, las futbolistas tendrán derecho a una indemnización por muerte (60.000 euros) e incapacidad absoluta (90.000 euros), siempre que dicho suceso sea consecuencia directa de la práctica del fútbol en la disciplina del club. Todas las partes se comprometen además a facilitar la conciliación de la vida familiar y profesional y luchar contra cualquier forma de acoso sexual, psicológico o discriminatorio.

En este sentido, los clubes adoptarán medidas especiales en casos de violencia de género, entre las que se proponen las siguientes: adecuación de horario, ayuda económica para la atención a la víctima a sus hijos, apoyo psicológico por parte de los servicios médicos del club u otros que éste designe.

Por último, también habrá un programa de recolocación, con el fin de facilitar la incorporación al mundo laboral de estas profesionales al término de su carrera deportiva.

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