El BM Logroño ha comenzado su participación en la fase de grupos de la Copa EHF con derrota sobre la bocina ante el Tatabanya (26-25). Nadar para morir en la orilla. Esa ha sido la conclusión. En un encuentro con un polémico arbitraje final, muchos lanzamientos al palo y multitud de imprecisiones, los locales han sacado tajada del embrollo, dejando de vacío a los logroñeses. Próxima cita continental: recibimiento al PAUC (Palacio de los Deportes, sábado, 19:00).
No han podido empezar mejor los riojanos, colocándose 0-2 arriba con doblete de Kukic tras una salida fulgurante. Un simple espejismo, ya que los húngaros se han puesto por delante en un visto y no visto (3-2). A partir de ahí, se ha sucedido un intercambio de golpes entre ambos conjuntos. Ritmo frenético por instantes, pero interrumpido una vez que los sistemas defensivos han conseguido ajustarse y el encuentro se ha vuelto más cerrado (10-8, minuto 18).
Aun así, también había hueco para los contragolpes y las acciones vertiginosas. Como un lanzamiento lejanísimo de Imanol Garciandia o una gran jugada de Erik Balenciaga, ambas acciones con destino a la red para equilibrar el choque. No duraría demasiado esa igualdad. El creciente acierto del guardameta Bartucz, los lanzamientos desde posiciones lejanas y los errores logroñeses han impulsado a Tatabanya al descanso (15-11), dejando una renta difícil de remontar.
El portero local, una pesadilla para el ataque franjivino /Fuente: Tatabanya KC
La Ley de Murphy
Tras la reanudación, el equipo entrenado por Miguel Ángel Velasco ha saltado con ganas de revertir su situación. Dos tantos de Junior Scott han hecho creer a su equipo, pero Vranjes y Brozas han contribuido a mantener las distancias (21-17, minuto 42). El BM Logroño estaba cerca, pero no le favorecía la fortuna, al estrellar varios lanzamientos en el palo. Cuestión de detalles. A pesar de todo, había partido y el capitán Miguel Sánchez Migallón ha puesto a los suyos solo uno abajo a falta de diez minutos para el final (21-20).
No estaba siendo el día de los franjivinos en cuanto a los detalles, pero tenían la oportunidad de rascar en Hungría. A pesar de que su rival ha conseguido irse tres arriba, los del Palacio han vuelto a creer (24-23). Sucesión de tiempos muertos, de pizarras y gestión de nervios. 25-23, adentro Hackbarth y Kusan. 25-25 y quince segundos por delante. Ataque fulgurante y Sipos da la victoria a los húngaros sobre la bocina.
A falta de siete segundos, Sergey ha tratado de llevar el balón al centro del campo para sacar. En su camino, Vranjes la ha interceptado, impidiendo ese saque y forzando el final del encuentro. De haberse concretado, la acción hubiera significado la pena máxima y la expulsión de Vranjes. Pero las colegiadas no lo han querido así. Definitivamente, no ha sido el día.
