La Rioja

Curso avanzado para que las mujeres migrantes “puedan decidir por sí mismas”

Una de las clases impartidas dentro de la Escuela de Nacionalidad con Perspectiva de Género

Comienza un nuevo curso de oportunidades, apoyo y cohesión social para las personas más vulnerables. Todo ello a través de la Escuela de Nacionalidad con Perspectiva de Género que, por tercer año consecutivo, no se olvida de las migrantes en riesgo de exclusión social residentes en La Rioja. Establecer lazos de unión con otras mujeres en su misma situación, crecer como persona o solventar situaciones extremas en temas de violencia de género son los motivos por los que acuden estas usuarias a la ONG Movimiento por la Paz.

La iniciativa, de acceso gratuito y enmarcada dentro del Punto de Información y Asesoramiento Integral para Mujeres promovido esta organización, ha comenzado este jueves en el Centro Cultural Ibercaja con la primera clase de preparación del examen de Contenidos Constitucionales y Socioculturales de España (CCSE), necesario para adquirir la nacionalidad española. Es una de las actividades que mayor interés genera entre las usuarias procedentes de países latinoamericanos y africanos, principalmente.

“Creo que es la actividad más eficaz que llevamos a cabo porque es la única que te ofrece unos resultados tangibles para valorar su éxito a través del número de mujeres que logra aprobar el examen, de ahí que apostáramos desde el principio por ella”, asegura la abogada de la ONG, Carolina de Miguel, encargada de impartir los contenidos constitucionales y la organización administrativa del Estado. Pero las actuaciones de la asociación van mucho más allá y, además del CCSE, ofrece formación para conseguir el Diploma de Español como Lengua Extranjera.

Carolina de Miguel, abogada de Movimiento por la Paz en La Rioja.

Otras de las actuaciones, “ciegas para el resto de la gente”, son las intervenciones individuales centradas, sobre todo, en prestar una atención integral a través de los recursos sociales a los que se pueden acoger las mujeres en cada uno de sus casos. Además, “de las entrevistas de recogida de información que se realizan con la usuarias también surgen otras necesidades de las que una puede no ser consciente y a las que tratamos también de dar respuesta”, indica el trabajador social de la ONG, Eduardo Medrano.

Información “sesgada o mitificada”

Pero donde más carencia aprecia la organización que existe es en la falta de información que tienen las usuarias: “Las mujeres migrantes tienen una información sesgada o mitificada sobre sus derechos legales y, en casos de desigualdad, el desconocimiento o dudas sobre los recursos legales a los que se pueden acoger las limita muchísimo. Con información pueden decidir por ellas mismas”, incide Medrano, también encargado de impartir las clases preparatorias del CCSE, en su caso, sobre los aspectos socioculturales del país.

Su labor en la entidad también se centra en el programa de desarrollo personal  ‘Cada vez me mimo más’, un grupo de empoderamiento para prevenir la violencia de género que se inicia el próximo martes: “En un espacio abierto y desde un enfoque gestáltico se busca que de la experiencia propia se pueda tomar consciencia sobre una misma al mismo tiempo que se ayuda a otras usuarias. Todo desde la empatía hacia la propia persona y el grupo en general, creando una red de mujeres con capacidad para enfrentarse a diversas situaciones”.

Eduardo Medrano, trabajador social de Movimiento por la Paz en La Rioja.

“Es una labor enriquecedora ver cómo esas mujeres procedentes de entornos muy cerrados y aislados donde se limitan a su hogar, sus hijos y sus maridos, sin un entorno social donde relacionarse, deciden tomar las riendas de sus vidas y con decisiones difíciles como pueden ser un divorcio o negarse a un matrimonio concertado, agradeciendo nuestra ayuda”, destaca De Miguel, también encargada del asesoramiento legal y los asuntos de extranjería y refugio.

Se presenta un año de mucho ajetreo para esta entidad también destinada a los proyectos de acogida humanitaria y cooperación internacional y financiada por el Gobierno regional y el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social. “Muchas mujeres usuarias durante 2019 han vuelto a repetir, a las que hay que sumarle unas seis más que se han inscrito por primera vez. Habrá que reorganizar las clases porque hay cerca de viente personas apuntadas y las solicitudes siguen llegando gracias, principalmente, al boca a boca”, manifiesta Medrano.

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