Los vecinos de San Vicente de la Sonsierra han empezado a movilizarse con el objetivo de “parar el exterminio masivo de gatos por parte del Ayuntamiento. Capturan a los animales con jaulas trampa y los llevan a dependencias municipales donde los encierran y no sabemos en qué condiciones están”, explica preocupada Laura García, vecina de la localidad y socia de la Asociación Protectora de Animales en La Rioja.
El siguiente paso es mandarlos a la perrera de Logroño, “una de las que más sacrificios practica a nivel nacional”. Y todo ello contando con que “tenemos una de las leyes de protección animal más avanzadas de España. Es muy contradictorio”.
El problema surgió en la localidad riojana hace unos meses cuando una colonia de gatos, situada muy cerca del colegio, puso en alerta a varias madres que protestaron porque los mininos hacían sus necesidades en el arenero de la escuela. “Entendemos a las madres y sabemos que la situación es mala, por eso solicitamos una solución más humanitaria y amable para los animales, no cogerlos y exterminarlos”.
La medida que desde San Vicente proponen al Ayuntamiento pasa por crear una colonia controlada, es decir, ubicar a estos gatos en otra zona, más alejada del colegio, donde tengan su propio arenero. Una vez allí, los voluntarios se encargarían de controlar que los animales no enfermen, que tengan agua y comida siempre y, si alguno tiene algún problema, llevarlo al veterinario.
“Con estas colonias, es más probable efectuar el ‘CES’, el método de captura, esterilización y suelta de gatos callejeros, sin sacrificio. No hay que olvidarse de que estos animales hacen una labor pública de control de roedores, cucarachas y todo tipo de insectos”.
Este tipo de controles se haría con el apoyo del Ayuntamiento “que facilitaría una partida presupuestaria para poder esterilizar a los gatos y, después, el trabajo mayor viene con el soporte de la protectora y los voluntarios, que se encargarían del cuidado diario”.
La preocupación se ha hecho bastante presente entre los vecinos de San Vicente porque “estamos asustados. Ya faltan por lo menos quince gatos del pueblo. No solo están cogiendo a los gatos que están provocando los conflictos en el colegio, sino a otros de otras zonas que no están creando ningún tipo de problemas de salubridad”.
Laura explica que hace mes y medio les prohibieron darles de comer. “Esto estaba planeado con premeditación y alevosía para que los gatos estén hambrientos y caigan en las jaulas más rápido”.
“Lo único que pedimos es que el Ayuntamiento haga un ejercicio de empatía y modifique la Ordenanza Municipal en lo referente al trato a gatos ferales. Les instamos a practicar la política con medios amables hacia los animales, buscando soluciones que beneficien a todos, cómo crear una colonia de gatos controlada”.
