La UD Logroñés ha comenzado el año con empate ante la Real Sociedad B (0-0). Encuentro muy igualado entre los riojanos y los guipuzcoanos. Ha faltado la puntería, pero no la actitud, ni las sensaciones. Una pequeña decepción en lo deportivo, pero un gran paso en lo social. Este equipo conecta con la grada, independientemente del resultado. Y eso es algo que hasta hace poco, no pasaba ni con victorias.
Año nuevo, día de Reyes, la ilusión bulle en el seno blanquirrojo. Más colas de las habituales en las taquillas, cielo soleado y el líder del Grupo II en acción. Enfrente, un gran equipo con el atrevimiento por bandera. Los donostiarras no lo han puesto nada fácil, arrebatando la pelota a los locales y dominando el duelo por amplios tramos. Una suave melodía sin velocidad que ha adormecido el partido. Centrocampismo, ritmo muy bajo, espesura y poca capacidad para hacer daño en ataque posicional. Volvía, tras muchas semanas, esa sensación a Las Gaunas.
UD Logroñés – Real Sociedad B | Foto: Eduardo del Campo
Condicionados por los pupilos de Xabi Alonso, los riojanos han encontrado sus mayores opciones de peligro en el balón parado y el contragolpe. Cada saque de esquina y cada envío aéreo transmitía peligro. Iñaki, Ñoño, Errasti… intentos varios sin intervenciones del guardameta Unai Aguirre, pero sí suficientes para generar el ‘uy’ en la animada parroquia. Y a la contra, Rubén Martínez ha estado cerca de empalar el envío de Ñoño tras las dudas defensivas. Buena actuación del gaditano, muy vertical y hábil en los recortes.
Hacía falta algo más de rock and roll y por ello, Sergio Rodríguez ha sacrificado a un cansado Ander Vitoria por Roni. El asturiano se ha vaciado en la presión, pero Iñaki ha sido el verdadero protagonista. El calagurritano ha arrancado desde la línea central, ha arrasado a Jeremy Blasco, ha ingresado en el área y no ha podido batir a Aguirre. ¡Hubiera sido el gol de la jornada! Se había desatado la tormenta, incesante ya hasta el minuto 90. Con Víctor Socorro ya en el césped, la UD Logroñés se ha ido definitivamente arriba.
Los blanquirrojos querían arreglar con corazón lo que la cabeza no podía solucionar. No han dudado en probarlo desde la frontal, encontrando un gran frontón. Muchos riesgos y terreno para los vascos al contragolpe, que con Thior de refresco querían aprovecharlo. Y Roberto López ha puesto el miedo en el cuerpo con un lanzamiento de falta desde el pico del área. El balón se perdió fuera y tras varios intentos infructuosos, nadie ha podido deshacer las tablas.
