La UD Logroñés ha vencido al Barakaldo (0-1) en una demostración de sufrimiento agónico hasta el último minuto. Un tanto a balón parado para romper la resistencia de un conjunto vizcaíno. Otra gesta de un grupo humano que quiere hacer historia. Y doscientos incondicionales que lo han celebrado por todo lo alto. ¡Y feliz Navidad!
¡Qué forma más especial de terminar el año: ganando, sufriendo y disfrutando todos, equipo y afición! 👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻⚪️🔴 pic.twitter.com/CC1WfkQGLF
— UD Logroñés (@UDLogrones) December 22, 2019
Para salir de la Segunda B son fundamentales tres valores: la solidez, la precisión y la versatilidad. Prácticamente todos los equipos que acaban en la categoría de plata los reúnen. Rival físico y césped en mal estado: pues toca adaptarse y usar el fútbol directo. Minuto 47, córner desde la diestra y remate de Zabaco a la red. Quizá este equipo no tenga un súper delantero, pero sí un grupo de jugadores que ven puerta en su primera oportunidad. Pim, pam, pum. Otro triunfo. Cuarenta puntos, dieciocho jornadas. Los números no engañan y el tren no para en su destino a Segunda.
Otra vez la estrategia para destaponar un auténtico tostón. Sin rodeos, en eso se ha convertido la mayoría del primer tiempo. Una auténtica batalla quizá atractiva para los estrategas, pero soporífera para la afición. El espectáculo ha brillado por su ausencia. Encefalograma plano hasta más allá de la media hora. Una vez ahí, los fabriles han despertado y han demostrado más ganas. Adrián ha estado cerca del gol con un testarazo. Por los visitantes, un cabezazo picado fuera de Ander Vitoria y un tiro de Andy. Nada más.
Se había hecho lo más difícil, pero no lo definitivo. Carles Marc, el alma de los gualdinegros, ha dado una exhibición física y de intensidad. Y además, el valenciano ha exigido una gran parada a Miño. Muy competitivos, los vascos han hecho trabajar más de la cuenta a Caneda y Zabaco. Sin brillantez, sin adornos, cada vez se podía jugar menos en Lasesarre. Fútbol de barro combinado con lluvia intensa. El técnico Sergio Rodríguez ha sacrificado a Ñoño para meter a Olaetxea con el fin de ganar más control y vivir con más calma en los minutos finales.
Pero los logroñeses no han logrado evitar el sufrimiento, ni siquiera cuando Aguirrezabala ha emulado a De Jong con Iniesta sobre el pecho de Roni. Criminal. Tarjeta roja. Con diez, el Barakaldo lo ha dado todo. Reyna ha entrado para revolucionar sobre Miguel Santos, leyendo bien las debilidades del equipo. En un final revuelto, Ander Vitoria ha tenido dos clarísimas para el 0-2. Una se ha ido fuera y otra, a las manoplas de Cacharrón. No han entrado… final cardíaco.
Seis minutos de descuento por la lesión del colegiado. Acoso y derribo, intentos incasables sobre un bloque encerrado en veinte metros. Pero finalmente, la barca ha llegado a la orilla. Tres puntos de los que ganan campeonatos. Próxima cita: Real Sociedad B (5-6 de enero, Las Gaunas).
