La UD Logroñés celebró este miércoles una nueva edición de la ‘Cena Solidaria’ con la asociación Plena Inclusión, en apoyo a personas con discapacidad intelectual. En el transcurso de ese evento se produjo “un ejercicio de realidad”. Ventura Martínez, chef del restaurante Delicatto; Míchel Zabaco, futbolista blanquirrojo y Vanesa Merino, perteneciente a la citada asociación. Tres personas iguales, con sus miedos, sus logros y sus sueños. Tres puntos de vista en el Teatro Bretón de Logroño.
Personas, como cualquiera, con angustia ante un riesgo o daño real o imaginario. O dicho de otra forma, el miedo: “Lo tengo a fallar, a fracasar, a no cumplir con tu equipo, con tus seres queridos”, explica Zabaco.
Vayamos con algo más positivo, el logro de objetivos. El central de la UD Logroñés lo resume en pocas palabras: “Llegar a casa y ver a tus hijos felices y deportivamente, saber levantarte después de un fracaso”. Inevitablemente, llega la palabra ascenso, algo que logró el año pasado con la Ponferradina y que este año quiere lograr con la UD Logroñés: “Sería otro logro”. Además, se exige motivarse a sí mismo: “No puedo estar abajo, tengo que levantarme por todos los que están a mi lado”.
El defensa burgalés se apunta también al baúl de los sueños: “Quiero ascender, no solamente por mí, sino por la ciudad”. Un objetivo al que suma su familia: “Sueño con verles felices, con darles lo que necesitan diariamente”.
En cierta forma, Zabaco y el bloque blanquirrojo también aspiran a recorrer toda España la temporada que viene. Ello implica estar en Segunda División, una de las ligas más igualadas del Viejo Continente. Y despertar a una ciudad entera, como ya ocurrió durante el pasado junio. El camino es el correcto, pero no está exento de obstáculos. Toca superar todos para hablar en plata. Esa es la meta, ya sin vacilaciones.
