Gastronomía

El Figón del Duque: cruce de Caminos en Navarrete

En pleno centro de Navarrete se alza desde el siglo XV el que fuera palacio del Duque de Nájera, reconvertido -con muy buen gusto- hace poco más de un año en posada por un inglés y una italiana: Danny y Giorgia. Por su puerta, tras la que se oculta un lienzo de la muralla medieval de la villa, pasan el Camino de Santiago y el Ignaciano: el fundador de los Jesuitas estuvo en este edificio cuando aún era militar y pecador entre 1517 y 1521, al servicio de Antonio Manrique de Lara, segundo duque de Nájera.

Desde el pasado verano, la bodega y el calado del palacio albergan el restaurante El Figón del Duque, a cuyos fogones oficia Roberto, chef vasco-riojano que no se complica la vida para obtener buenos resultados de sus cazuelas: materia prima de calidad y puntos de cocción exactos.

Singular puede considerarse la carta de vinos, recién presentada ante un grupo de gastrónomos, enólogos, periodistas y buenos aficionados. De su confección se ha ocupado Jesús Madrazo, ‘alquimista’ de Contino durante más de dos décadas.

Al hilo de los caminos de Santiago y de San Ignacio, la selección huye de lo trillado para recorrer desde los Pirineos hasta Galicia y desde el País Vasco hasta Cataluña en busca de etiquetas selectas sin necesidad de que la cuenta final se convierta en una penitencia. Denominaciones como Rueda, Toro, Ribera del Duero, Castilla y León, Valdeorras, Ribeiro, Rias Baixas, Aragón, Costers del Segre, Priorat, Txakolí, Navarra…, y, por supuesto, Rioja; desde clásicos consolidados a vinos de autor o distintos monovarietales.

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