Agricultura

El veto de Rusia ahoga a la fruta de hueso riojana: “Ya no es rentable”

El mercado de la fruta de hueso cada vez está más mermado, con una escasa incidencia en los campos, no solo riojanos, sino también nacionales. ¿Las causas? El veto que Rusia puso a los productos agroalimentarios europeos hace cuatro años afectó a las cerca de 700.000 toneladas que España, uno de los principales proveedores europeos, exportaba al país, sobre todo, de nectarinas y melocotones.

Asimismo, los precios que se pagan a los agricultores son casi equitativos a los costes de producción, unos 35 céntimos el kilo. Una bajada de precios para los fruticultores que no se aprecia en la cartera de los consumidores, ya que los comercios venden el kilo de melocotones a un precio medio superior a los dos euros.

“La fruta de hueso ya no es rentable”, así lo sentencia el responsable de este sector dentro del sindicato agrario UAGR-COAG, Ignacio Jadraque. Y es que desde 2006 la superficie dedicada a estos cultivos ha pasado de ocupar 732 hectáreas a 416 en la actualidad. Las plantaciones alternativas han sido los perales y la vid, ambas más atractivas para los agricultores por su mayor precio de venta.

Otra de las realidades es que la fruta de hueso es muy perecedera y solo se puede comercializar durante una época del año concreta. Además, en La Rioja su producción es más tardía con respecto al resto de España, como son las zonas del bajo Ebro (Aragón y Cataluña), por lo que la fruta que llega de España repercute negativamente en el mercado riojano con un exceso de oferta.

La agricultura familiar, en peligro

Jadraque critica que la incidencia de los grandes grupos inversores está destruyendo la agricultura familiar. “Es el caso de Mercadona, que ahora también produce, eligiendo para ello Marruecos, un país donde puede trabajar como quiera y con lo que quiera, evitando los controles de producción y seguridad españoles”, denuncia. Una “competencia desleal” que ofrece “más facilidades” para cultivar fruta de hueso.

Por su parte, el responsable del sector a nivel nacional (COAG), David Borda, coincide con Jadraque en que “producir fruta de hueso se ha convertido en un sistema industrial”. Ante esto, la “disminución de la producción” es clave. Para ello, Borda recomienda sacar “un menor rendimiento con frutas de segunda o tercera categoría en cuanto a su sabor”, así como arrancar cultivos para reducir la oferta e incrementar así los precios.

Mientras, Jadraque opina que se debería apostar por la cosecha en verde en los años que exista exceso de producción, es decir, “tirar parte de la fruta cuando todavía no ha madurado para que la restante crezca con un mayor rendimiento y calidad, pero eso sí, abonando a los agricultores ese trabajo”.

En esta línea, el responsable de la fruta de hueso de la UAGR-COAG apunta que en el caso de que exista exceso de producción durante varios años consecutivos, se debería favorecer con ayudas a los dueños “que ese arranque se realice en los campos de aquellos propietarios cuyas edades sean superiores a 55 o 60 años”.

“Estas personas, a punto de jubilarse en los próximos años ya no tienen opción a una reconversión del cultivo porque se necesitan al menos cinco años para obtener fruto”, señala Jadraque. Con esta medida, Jadraque asegura que la producción se reducirá favoreciendo así a los productores más jóvenes, quienes van a notar esa subida de los precios por el descenso de la oferta.

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