Ni el frío ni la lluvia ni el viento han podido con el ímpetu de los riojanos, que desde primera hora de este domingo llenan las urnas de papeletas a lo largo y ancho de la región. Eso sí, había que prepararse para ir a votar. Mucho paraguas, mucho abrigo, mucho gorro y hasta alguna bufanda. Dependía el atuendo de la hora. Y los miembros de las mesas electorales, bien provistos de calefacción, almuerzo… todo es poco para vivir la fiesta de la democracia.
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