Le costó dar con ella, pero Sergio Rodríguez ha encontrado la tecla que permite que todos los instrumentos de la UD Logroñés toquen una sinfonía deliciosa para los escenarios de Segunda B. El conjunto blanquirrojo ha sumado este domingo su cuarto triunfo consecutivo siguiendo la fórmula de los mejores enólogos: aguardando el punto de maduración óptimo para vendimiar rápido y así evitar riesgos.
Tras firmar el pasado domingo el mejor partido de la temporada, Sergio Rodríguez ha apostado por la continuidad en Tajonar. Los mismos once protagonistas, una práctica inusual en la libreta del técnico riojano. Si algo funciona, mejor no tocarlo. Eso sí, nuevas órdenes para la tropa en un escenario para la batalla diferente a Las Gaunas. Más estrecho, con menos espacios para la carrera y un sólido ejército en frente. Prietas las filas y a esperar. Qué importante es saber esperar en esta categoría.
Ha sido Osasuna el primero en llevar el peligro al área contraria, con un balón largo a las espaldas de la zaga blanquirroja que plantaba a Mendes solo ante Miño, que atajaba en dos tiempos el disparo del atacante. Tardó un cuarto de hora el Logroñés en finalizar una jugada, con un disparo lejano de Andy Rodríguez que no encontró los tres palos.
No ha sido un encuentro de excesivas triangulaciones en el juego, debido al afán de los locales de achicar espacios en un terreno de juego más reducido que Las Gaunas y a su apuesta por un estilo directo. Rubén Martínez y Ñoño apenas han encontrado espacios para correr a campo abierto, si bien la UD Logroñés no ha renunciado a su apuesta por sacar el balón desde atrás al primer toque.
La ocasión más clara de los riojanos en la primera mitad llegó pasada la media hora, tras un disparo mordido de Ander Vitoria que Ñoño remató a la cepa del poste, si bien la acción estaba invalidada por fuera de juego del gaditano. La oportunidad sirvió, en cambio, para romper con el erial de ocasiones sobre el césped de Tajonar. Hualde probó desde la frontal a Miño, que atajó sin problemas, y respondió el Logroñés con un contragolpe conducido por Rubén Martínez que no logró rematar Ander Vitoria.
Salió con una marcha más el conjunto blanquirrojo en la reanudación, con varias acciones protagonizadas por Rubén Martínez y Ñoño a las que solo faltó el acierto en el remate para romper la igualada en el marcador. Un cuarto de hora tardó el Promesas en reponerse del acecho riojano, con un cabezazo de Barbero -completamente libre de marca- que no encontró portería.
Roni decide desde el banquillo
El cansancio en las filas locales fue brindando presencia riojana en campo rival hasta que, de tanto ir el cántaro a la fuente, acabó por romperse. A doce minutos del final Iñaki botó una falta a la cabeza de Andy Rodríguez, que prolongó para que Roni, que había entrado minutos antes, ajusticiara con un cómodo remate a las mallas para firmar su primer tanto de la temporada.
Si lo más difícil estaba ya hecho, romper la maraña defensiva osasunista, el duelo se pondría más de cara solo un minuto después, cuando Calvillo veía su segunda tarjeta amarilla y enfilaba el camino a las duchas. Pudo así el conjunto blanquirrojo hacer lo que mejor sabe: defenderse con el balón en su poder.
La inferioridad numérica dejó sin fuelle a Osasuna Promesas, que empleó más corazón de cabeza para tratar de rescatar algún botín, por mínimo que fuese. Al contragolpe tuvo ocasión el Logroñés de ampliar la renta, pero el acierto defensivo de los navarros dejó el marcador con un triunfo por la mínima de un conjunto, el riojano, que ya acecha los puestos de playoff, empatando a puntos con la Real Sociedad B y la Cultural Leonesa (cuarto y tercero, respectivamente), pero con peor bagaje goleador.
