El Rioja

El efecto Foehn y su incidencia en el viñedo riojano

Resulta de una belleza estremecedora disfrutar de las viñas yendo de Logroño a San Vicente cuando las nubes se condensan sobre la Sierra de Cantabria. Pocas miradas, viñedo y naturaleza en estado puro, impresionan tanto como esa fotografía. Una acumulación de nubes que se produce por el conocido efecto Foehn, hecho que tiene reflejo directo en un clima que permite que La Rioja sea una región ideal para producir vinos de calidad.

¿En qué consiste este fenómeno que toma su nombre de un viento del Norte de los Alpes? Cuando el aire que llega de una zona fría se topa con una montaña, tiende a ascender para sortear ese obstáculo. Conforme el aire aumenta en altitud, disminuye la temperatura a razón de 0’5 grados cada 100 metros. Una vez ha alcanzado el pico de la montaña, comienza a descender. Mientras la masa de aire baja por la ladera, va perdiendo humedad y aumentando su temperatura –en este caso 1 grado cada 100 metros–, de tal forma que, cuando alcanza la planicie, su temperatura es mayor que con la que comenzó a subir la montaña.

En palabras de José Calvo, nuestro hombre del tiempo en NueveCuatroUno desde su bitácora de MeteoSojuela, “en nuestra zona el efecto Foehn se produce, principalmente, con vientos de noroeste; las nubes que vienen del Cantábrico cargadas de humedad chocan con la Sierra de Cantabria, precipitando en las laderas orientadas a los vientos dominantes, y cuando empieza a descender hacia el Valle del Ebro el aire aumenta de presión, aumenta de temperatura, y se seca perdiendo la humedad. Aunque debido a la poca altura de esta sierra respecto al valle, en su descenso no le da tiempo a calentarse tanto, por eso no se nota el aumento de temperatura de forma tan evidente”. Es típica la existencia de nubes de estancamiento -en la cima, como vemos en las fotografías de Bodegas Ostatu y José Calvo- permanentes.

La incidencia sobre el viñedo, especialmente del que se encuentra en las faldas de la Sierra de Cantabria, donde a este fenómeno se le conoce como “el manto de la Virgen”, es en todo punto favorable. Desde los Obarenes hasta la sierra de Codés, los vientos húmedos y fríos que llegan del Norte –y que no beneficiarían en absoluto a la calidad del viñedo- se presentan ante la Sonsierra ‘sin filtros’. Allí se topan a barlovento con la Sierra de Cantabria e inician su ascenso, cuando comienza su descenso por la vertiente a sotavento, ya en zona vinícola, el viento es seco y saludable para la uva, produciendo un cambio radical en el clima de una y otra ladera. La viña de calidad no puede darse en la zona Norte, pero se ve altamente beneficiada por el efecto Foehn en la Sur.

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