Para un DJ su cabina es su templo inexpugnable. El lugar donde entra en trance y las melodías fluyen por sus platos para poner al público a vibrar. Y aunque todos alguna vez lo hemos hecho, no suele gustar que nadie se le acerque a pedirle el último tema de moda. Existe un acuerdo tácito, en virtud al cual él pincha y tú disfrutas. Fin.
Por eso, cuando alguien se pone demasiado insistente con sus peticiones musicales juega sin saberlo con la paciencia del artista que, como todo, tiene un límite. Y eso es lo que le ha ocurrido al ganador del concurso de DJ organizado por la Peña Calagurritana con motivo de las fiestas patronales de Calahorra, mientras ‘disfrutaba’ de la sesión de una hora que se había ganado y que acabó por durar apenas veinte minutos.
¿Por qué esta actuación interruptus’? Por las constantes peticiones “del señor presidente de la peña, que no se ha dignado a aparecer en todo el concurso y me dijo que pusiera otra música (reguetón y mierdas varias)”. “Luego una camarera, lo mismo, hasta que le dije que era el que había ganado y se ha ido con el careto descompuesto”.
El ganador del concurso ha criticado estas actitudes, indicando que “me parece muy feo y de una incultura musical desmesurada”, para acabar recomendando que “si queréis un DJ que os ponga la música que a vosotros os gusta, lo pagáis y le pedís la música, pero no hagáis un concurso”.
