El cielo se ha desplomado de improviso sobre las 20,30 horas en el centro de Logroño. Los ciudadanos se han puesto rápidamente a cubierto, tanto en las terrazas como en los soportales, al lado de los comercios. En el resumen de incidencias, la Policía Local ha acudido a unos ‘fogonazos’ en un registro eléctrico de la Gran Vía y a la salida de un desagüe en la calle Ciriaco Garrido. La estación del SOS Rioja ha registrado 7,5 litros por metro cuadrado en apenas quince minutos.
Pese a que la tormenta no ha llegado con granizo, como sí ha hecho en los alrededores de la ciudad, casi nadie quería cruzar la calle. El riesgo riesgo era llegar a casa empapado. Los paraguas brillaban por su ausencia, por lo que la fuerza de la naturaleza ha paralizado por unos minutos la actividad de los peatones en el centro de Logroño.
Sin embargo, tanto los vehículos como los autobuses han seguido circulando con normalidad y poco a poco, la calle ha recuperado su ajetreo habitual. El líquido elemento ha continuado cayendo sobre el piso, aunque cada vez con menos intensidad. Todo ha sido un visto y no visto, como un abrir y cerrar de ojos. Lo típico en fechas estivales.
