El coche de la Dirección de Tráfico que vela por que ningún coche se exceda pisando el acelerador sigue ‘juguetón’ y el Sereno ha vuelto a recibir avisos de su ‘complejo de camaleón’.
Si a principios de la semana trataba de mimetizarse con un arbusto sobre las aceras de la calle Lope de Vega, ahora el radar se ha mudado a un nuevo hábitat con idéntica capacidad esquiva. Tras cuatro contenedores, el coche policial se hace el despistado, provocando algún que otro frenazo -casi siempre demasiado tarde- cuando los conductores más acelerados advierten su presencia.
Muchas veces acaba por ser demasiado tarde y los coches acaban, como diría Pedrerol, “retratados”. Precaución y respeto a los límites de velocidad. De lo contrario, una bonita foto de tu vehículo llegará a tu casa más pronto que tarde y te saldrá algo más cara que si la hubieras disparado tú.
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