La Rioja

Los concejales de Tricio contestan al alcalde: “Nos hemos visto forzados”

Los concejales que han impulsado una moción de censura en Tricio (Miguel Castillo, Ricardo Roberto Benito, Saturnino Nájera y Manuel Martínez) han emitido un comunicado para explicar las razones que les han llevado a tomar la decisión, así como responder a las críticas recibidas estas semanas.

Comunicado completo

Por desgracia, en estos tiempos que corren algunos pretenden imponer sus razones, si así se las puede calificar, no por medio del debate, del diálogo y de la comunicación, sino a través de las descalificaciones públicas y de acusaciones subrepticias en los medios de comunicación. Arrinconan la verdad, porque poco o nada les importa: el fin, como diría Maquiavelo, justifica los medios.

Nos hubiese gustado hacer “ante palabras necias oídos sordos”, por emplear un refrán más popular, mantener silencio, porque es la única respuesta adecuada y mínimamente elegante a la descalificación, al falseamiento conveniente por su parte, excelentísimo alcalde de Tricio, de lo que está ocurriendo en este nuestro querido pueblo. La otra posible respuesta sería ponernos a su altura y a eso no estamos dispuestos, ya que no es —o no debería ser— política hecha en democracia.

No obstante, ante el vocinglero visceral, irracional uso de los medios de comunicación y redes sociales de los que usted se está valiendo para descalificar a diestro y siniestro, para difundir arteramente sospechas, por si cuelan, por si, de tan reflejadas en los medios, al final adquieren cierta apariencia de verdad, nos hemos visto forzados a responder, aunque sea brevemente a sus exabruptos y salidas de tono.

Bien, pues, en realidad, el excelentísimo Ayuntamiento de Tricio (que somos todos, sus concejales y usted, por supuesto, señor alcalde, aunque en su periodo en el cargo haya pensado por su forma de actuar, es decir, sus decretazos, que usted y solo usted. dirige esta institución) SÍ es partidario de una auditoría, siempre y cuando sirva para poner en orden, esclarecer, aclarar la situación financiera en la que actualmente se halla. Una auditoría de la anterior y actual alcaldía, en estos momentos a su cargo.

SÍ, Sr. Alcalde, estamos de acuerdo con una auditoría, pero no con la forma: “A fin de recurrir a un contrato menor y directamente, y para que la oposición no tuviera posibilidad de impedirlo”, como le parafrasea el periódico La Rioja. Le recordamos que la oposición, a la que en ningún momento ha informado de este ni de ningún otro movimiento en el Ayuntamiento, está para eso, para que nadie, ni siquiera usted se convierta en un autócrata, cuando en realidad ocupa un cargo público.

¿Por qué ha pensado, nos preguntamos, que vetaríamos una auditoría en caso de que beneficiara al pueblo? Usted vuelve a ignorarnos.

Todavía estamos menos de acuerdo con lo que usted insinúa que es el objetivo de nuestra moción, impedir dicha auditoría. La moción, excelentísimo alcalde de Tricio, se debe, no a una posible o real auditoría que usted esgrime cual amenazante espada, sino a su actuación desde el momento en que ocupó el cargo; y este y no otro es el motivo —o los motivos principales— de la moción de censura.

Enumeramos algunos de dichos motivos: ha convertido el Ayuntamiento de Tricio en su feudo particular, y por qué una aseveración tan contundente de nuestra parte, pues porque ha celebrado un único pleno, y todo el que sea de Tricio sabe en qué circunstancias, a la misma hora en que enterraban a la suegra del que usted considera su opositor, es decir, el actual candidato a la Alcaldía.

Por lo que dicen, ha adjudicado obras municipales, ya no sin consenso, sin haber informado a nadie de la oposición del Ayuntamiento, algo de lo que usted tendrá que responder; ha decido todo por sí solo —¿para qué comunicarlo si el Ayuntamiento soy yo?, dirá usted. Ha cambiado el programa de fiestas a su libre albedrío y sin molestas interferencias. En consecuencia, no es que haya ninguneado al resto de los concejales es que para usted no existen.

Y como más importante, su negativa expresada en corrillos y charlas de bar “a cumplir el convenio firmado por la anterior Corporación con la Comunidad Autónoma de la Rioja, para construir el nuevo Ayuntamiento y que los aquí firmantes consideramos urgente y necesaria su ejecución y así lo prometimos a nuestros convecinos”, como explicita la propia moción de censura.

La trasparencia, Sr. excelentísimo alcalde de Tricio, es uno de los pilares de la democracia, y por eso también nos preguntamos por qué rompemos, dejamos pasar un convenio con la Comunidad Autónoma, según trasciende de dichos corrillos, que reportaría beneficios a la larga al pueblo, es decir, un nuevo Ayuntamiento y un hogar de los jubilados —el primero actualmente en un estado calamitoso—, porque no nos lo podemos según usted permitir económicamente, pero nos embarcamos —o eso dicen— en gastos, obras municipales, auditorías, aunque menores, de los que nosotros, la mayoría en el Ayuntamiento, nada sabemos oficialmente porque no se ha convocado pleno ni se nos ha informado. Todos, no solo usted, somos partidarios de la trasparencia y para ello están los plenos, sinónimo de claridad y diálogo. La falta de este último es, en nuestra humilde opinión, la razón del actual desvarío.

Estas y no otras son las razones de la moción de censura, un ejercicio de democracia. Como sentencia el Tribunal Constitucional 81/2012 del 18 de abril, en relación al artículo 23.2 de la Constitución: “La moción de censura se conecta de forma directa con este derecho, en cuanto a mecanismo de control y exigencia de responsabilidad política de los gobernantes por quienes le invistieron de la confianza para serlo, constituyendo “una pieza clave del gobierno local, esto es del régimen institucional local”. Sr. Rubén Antoñanzas, presidente del PR, la moción de censura, como ve, es y sigue siendo un instrumento esencial de la democracia.

Únicamente somos sencillos y humildes vecinos que quieren lo mejor para Tricio y nos apena profundamente que esto pase en nuestro pueblo, cuando debería haber sido una transición negociada con usted como alcalde en un pueblo, pequeño, tranquilo, para mejorarlo, olvidando asuntos personales, no así las responsabilidades conjuntas, y sin ocultar nada a nadie.

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