En el siglo XIX hubo una canción que se hizo tan popular en La Rioja como cualquier éxito de Rosalía en la actualidad. “Ya estamos en Haro, que se ven las luces”, cantaba la coplilla, en alusión a la instalación del alumbrado eléctrico en el Barrio de la Estación, un hito sin precedentes en la región.
Este lunes, en cambio, si el compositor de esta obra tuviera que adaptar la letra a algún distintivo contemporáneo, la cosa hubiera quedado tal que “ya estamos en Haro, que se ven los espejismos” y sumaría a Alfaro en el estribillo. Porque la calina se ha hecho notar en la capital del Rioja y en la de las cigüeñas como en ningún otro lugar de la comunidad, que ya es decir.
38,8 grados han marcado los termómetros en Alfaro y 37,7 grados en la capital riojalteña, las máximas riojana sde una jornada en la que solo cuatro de las veinte estaciones climatológicas del Gobierno de La Rioja han bajado de los treinta grados de máxima: Moncalvillo, Ocón, Santa Marina y Urbaña.
Para hacer aún más insoportable este primer episodio de la segunda ola de calor en La Rioja, el viento ha querido sumarse a la fiesta para implantar el ‘efecto secador’. En este sentido, Aguilar del Río Alhama se ha llevado la palma, con una racha máxima de 51,8 kilómetros por hora, aunque Cervera (49,7 km/h), Santo Domingo (46,1) o Haro (45) tampoco le han ido muy a la zaga.
Para este martes no cambiará demasiado el panorama. Se mantiene el nivel amarillo de alerta por altas temperaturas, ya que se esperan máximas todavía superiores a las de hoy: 39 grados en Haro, 40 en Logroño y 41 en Calahorra.
