La Rioja

El sueño de una tirolina para cruzar el río: “El Ebro no divide Logroño”

La margen norte del Ebro, conectada por cuatro puentes, parece una realidad paralela de Logroño. Extensas zonas verdes abiertas y largos paseos provocan a muchos la sensación de encontrarse lejos de la vitalidad y el bullicio del centro de la capital riojana, aunque solo hay que cruzar uno de esos puentes para encontrarse en el corazón de la ciudad.

Elías Villar, vicepresidente desde hace año y medio de la Asociación Vecinos Norte, disfruta de la tranquilidad que para él se respira en esta zona logroñesa: “Tiene gran cantidad de espacios abiertos y paseos para bicicletas, patines y para andar que para mí es espectacular. Es una zona comodísima”.

“La gente tiene la sensación de que vivir a este lado es estar muy lejos de la ciudad, pero lo cierto es que del Rincón de Julio al centro andando sin correr hay siete minutos. Sin embargo, se produce esa sensación de lejanía que para mí es buenísima”, prosigue.

Además de esa falsa sensación de distancia de la que habla el vecino de la zona, existen otras razones por la que algunos logroñeses no parecen muy atraídos a cruzar el Ebro y asentarse: “Sí es verdad que hay gente que tiene cierto miedo de pasar al otro lado del Ebro por reminiscencias históricas como que aquí tiene que haber muchos mosquitos o mucha niebla, pero solo están en el imaginario”.

Sumando a las razones y consecuencias climatológicas mencionadas, existen también varias reivindicaciones vecinales debido a la falta de colegios, ludotecas o comercios en la zona. “No tiene una serie de cosas, aunque es verdad que te mueves cuatro pasos y ya los tienes pasando el Puente de Piedra. Yo, realmente, no lo echo en falta”, explica Villar, decantándose por la tranquilidad de la margen izquierda.

Con lo que parece ser el final del túnel de la crisis económica, según explica el vicepresidente de Vecinos Norte, ahora se vuelve a reactivar la compra de viviendas en este distrito logroñés, la mayoría por jóvenes parejas con niños. “Sobre todo en la zona de El Campillo, paseas por el barrio y se ve a muchos niños en los parques y en las zonas verdes”, cuenta.

Ebroño: cuidando de nuestro río

Siguiendo con este pensamiento de Villar respecto a la zona y el Ebro como elemento comunicador de esta zona, la asociación Vecinos Norte ha organizado unas jornadas deportivoculturales y medioambientales, bajo el nombre de ‘Ebroño’, los días 20, 27 y 28 de julio.

“Algunos piensan que el Ebro es lo que divide Logroño y el distrito norte, pero otros pensamos que es lo que nos une”, reflexiona el vicepresidente de la asociación. “Lo que buscamos es que el río sea el protagonista, no la asociación, y que sea un evento que se repita año tras año por las mismas fechas”, explica, a la vez que denuncia que el Ebro no está suficientemente mimado y cuidado.

Anteriormente la Asociación llegó a sacar de sus aguas una valla del ayuntamiento y un carrito de la compra entre otras muchas cosas, según ha recordado alarmado. Es por esta razón por la que, entre las actividades, se encontrarán talleres de concienciación medioambiental y labores de limpieza del Ebro. En una de ellas se recorrerán los márgenes del río en ambas direcciones, toda la zona entre los puentes, para llevar a cabo la necesaria misión.

Además, se podrán realizar diferentes actividades como piragüismo, se instalará una tirolina y habrá degustaciones para todo tipo de público. Las actividades no tendrán un número de plazas limitado y serán gratuitas, excepto las degustaciones (con un precio 2 euros) y la tirolina (un euro), cuya recaudación irá destinada a una causa benéfica y a la construcción de una tirolina más grande que cruce el Ebro y que se mantenga todo el año.

“Hemos buscado romper con lo que son las actividades típicas que pudiera haber en una fiesta de barrio, es algo nuevo y esperamos que venga toda la gente posible”, concluye Villar.

Cartel Ebroño 2019

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