Su ambiente es uno de los más ‘alternativos’ de Logroño. Por calificarlo de alguna manera, claro, ya que el bar Iturza ha acogido durante casi ochenta a años a varias generaciones de logroñeses. Desde una ubicación privilegiada en la calle Marqués de San Nicólas (‘La Mayor’), el local echa ahora el cierre porque “la goma no da más de sí”.
Así lo ha confesado su propietario, Jesús Villaluenga, quien asegura que ha llegado el momento de poner punto final a esta etapa de su vida que comenzó hace exactamente treinta años. El 1 de julio de 1989 comenzó a cotizar como autónomo en el Iturza, fundado por sus abuelos en febrero de 1942, y el 30 de junio de 2019 baja la persiana por última vez.
“Tras treinta años cotizados y sopesándolo mucho”, ha explicado, apuesta ahora por comenzar una nueva etapa en su vida más gratificante que le llene más: “Sé que no es fácil, pero es lo que me pide el cuerpo. Lo cómodo sería seguir en mi zona de confort, pero el que no arriesga y no triunfa, así que es lo que toca”.
Por último, Villaluenga espera la gente comprenda su decisión, aunque no lo compartan, dando también las gracias a todos “por estos años”, sobre todo familia y amigos. “Me quedo con lo bueno, aunque lo malo enseña y enriquece. Que seáis muy felices y nos vemos”, ha concluido en su despedida.
¿Punto y seguido?
Sin embargo, podría no ser el final de un bar mítico en Logroño. Agradecido por tantas muestras de apoyo, también ha comunicado que si algún cliente o amigo está interesado en coger las riendas del Bar Iturza, se lo comunique por privado. “¿Quién sabe?”, se pregunta enigmático Villaluenga. Larga vida al Iturza. Viva el punk.
