San Bernabé

El ritmo y la tradición de San Bernabé: 500 truchas cada tres minutos

Es el Día de San Bernabé y Logroño ha amanecido nuboso y con riesgo de lluvia. José Mari se ha enfundado en su abrigo y, junto a su padre, ha bajado desde Fuenmayor a la Muralla del Revellín, en la que han guardado cola desde las 9 de la mañana para poder degustar el pez, el pan y el vino, todo un clásico del 11 de junio.

“Venimos todos los años porque a mi padre le hace mucha ilusión”, cuenta José Mari, quien lleva coleccionando los típicos jarritos de barro en los que se sirve el vino un día como tradición. Al otro lado de la fila aguarda Diego: “Llevo viniendo desde que tengo recuerdo, primero con mis abuelos, luego con mi padre, después con mis hijos…”. Sus acompañantes, en cambio, sería la primera vez que probaran “el manjar logroñés”.

Diego y José Mari son solo dos ejemplos de las cerca de 30.000 personas que se estima que pasan este Día de San Bernabé por el Revellín para probar el pez, el pan y el vino que ofrece la Cofradía del Pez. Alimentos con los que se rinde homenaje a la resistencia del pueblo logroñés cuando fue asediado por las tropas francesas, a las que logró derrotar un 11 de junio de 1521.

Puntual, a las 10 horas, ha comenzado la Cofradía del Pez a ofrecer a los logroñeses las primeras truchas, bollos y jarritos de vino. Recibiendo al principio de la fila se encontraban varios niños sonrientes. Entre ellos, Tibaud, quien participa como voluntario desde hace tres o cuatro años junto a sus padres y su hermana mayor. “Me he levantado a las seis de la mañana, pero merece la pena”, confesaba el joven.

Tibaud, miembro de la Cofradía del Pez| Foto: Amaya Garrido.

Para la mañana de este martes, la Cofradía ha adquirido 1.200 kilos de truchas en Riverfresh (piscifactoría ubicada en Bobadilla), que han sido acompañadas por 28.000 bollos de pan -quinientos especiales para celíacos-. “Llevamos ya varios años ofreciendo pan para celíacos. Cada vez tenemos más cuidado repartiéndolo para que nadie pueda tocar y contaminar el saco de estos bollos. Se deja a ellos mismos cogerlo de una bandeja especial donde los hemos colocado”, explicaba María Díez del Corral, secretaria de la Cofradía del Pez desde hace diez años y primera mujer en entrar en ella.

La degustación se estima que esté abierta durante cuatro horas, aunque el pasado año los peces se agotaron sobre la 13,30 horas, según recuerdan Óscar y Bernabé, miembros de la Cofradía desde hace 36 y 47 años, respectivamente, que viven esta jornada con gran orgullo e ilusión.

500 truchas cada tres minutos

Otro veterano en la Cofradía es el famoso Lorenzo Cañas (adherido a la cofradía desde 1970 y 34 años como cofrade), quien se ha mostrado muy contento con la cantidad de gente que han logrado congregar desde primera hora de la mañana: “Lo único que pedimos que no llueva”.

Cocinero de profesión, Cañas se encarga de ir controlando los aceites que burbujean de un total de seis grandes sartenes. “Cada tres minutos sacamos unas quinientas truchas. Cada sartén tiene una capacidad de ciento y pico peces”, explica el reconocido cofrade, que ha adquirido este año el título de emérito.

Lorenzo Cañas, miembro emérito de la Cofradía del Pez| Foto. Amaya Garrido.

Según cuenta el veterano Lorenzo Cañas, así es como se estructura la Cofradía del Pez, que se encarga de alimentar en unas horas a nada menos que 30.000 logroñeses. Hay un total de 26 numerarios en la cofradía, norma establecida por un juego numérico: “11 de junio (es decir del mes 6) de 1521. En total esos dígitos suman 26. Yo ya he pasado este año a emérito, donde somos unos 40 y así dejo hueco a gente más joven”.

También existen los cofrades de honor, “quienes no pueden ser cofrades eméritos o de número porque no han nacido en Logroño. “Ejercen su labor en otros pueblos”, explica Lorenzo Cañas, mientras mira con cariño a sus compañeros. Todo está saliendo bien.

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