La Rioja

Ceniceros: “El futuro de La Rioja será mejor que su presente y su pasado”

El presidente del Gobierno regional, José Ignacio Ceniceros, ha pronunciado este domingo en San Millán de la Cogolla su último discurso del Día de La Rioja como líder del Ejecutivo autonómico. Ha sido un parlamento con esencia de despedida, en el que ha mostrado su “seguridad” de que “el futuro de La Rioja va a ser mejor que su presente y su pasado”.

“He aprendido mucho de cada una de las personas que he podido atender; ser presidente de La Rioja ha sido un enorme privilegio que nunca podré agradecer lo suficiente. Sin decir que he sentido un gran afecto y confianza, y hasta la comprensión por los errores cometidos”.

El discurso de Ceniceros ha estado marcado por el orgullo y la autoestima riojanista, ya que “nadie le ha regalado a La Rioja estar hoy entre las comunidades con menos paro registrado y con menos grado de pobreza; ni nadie le ha regalado estar hoy en los puestos de cabeza en las calificaciones de calidad y equidad de los principales servicios públicos”.

En clave de los resultados de las elecciones autonómicas, Ceniceros ha deseado que “en el próximo periodo de sesiones pueda continuar ese diálogo político sincero y comprometido con La Rioja; nada insuperable lo impide”.

Estas han sido las palabras más empleadas por el presidente de La Rioja y la transcripción íntegra de su discurso:

“Hoy, 9 de junio, celebramos el Día de La Rioja: nuestra ‘fiesta grande’. Un día de alegría, de reivindicación y de orgullo. Un día para ponderar el trayecto recorrido y para reforzar nuestra autoestima. También para valorar las dificultades del camino y mirar de frente a los retos de futuro que La Rioja tiene como Comunidad.

Todo ello cobra pleno sentido haciéndolo juntos en este universal lugar, cuna de la lengua española, y escenario del nacimiento (en 1981) del Estatuto de Autonomía de La Rioja, así como de la aprobación de su Reforma el pasado 11 de abril. Lo que le confiere un simbolismo propio.

Pero es un simbolismo que no se agota con ello. Porque este enclave es historia, es vida religiosa, es arte y es cultura. Unas razones por las cuales, en 1997, los monasterios de Suso y Yuso de San Millán de la Cogolla fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Representa todo un honor y conlleva la obligación, contraída ante todo el mundo, “de preservar y mejorar los monasterios y su entorno, así como el extraordinario legado recibido”. Una obligación en la que nos hemos esmerado para que estos monasterios luzcan con esplendor y contemos con un centro donde se desarrolla una intensa labor de investigación, documentación y promoción de la lengua española.

Hoy, los Monasterios de San Millán constituyen, junto al mundo del vino, un recurso turístico de primer orden. Una palanca de desarrollo económico y social.

Se trata, por tanto, de un claro ejemplo de la notable capacidad que La Rioja tiene para que el ayer y el mañana se den la mano en el hoy de nuestra Comunidad.

Se trata, igualmente, de un claro ejemplo de la sabiduría que atesora La Rioja para armonizar su historia, su presente y su futuro, desde sus mejores valores. Unos valores que siempre nos han llevado a confiar en la inteligencia, la voluntad, el compromiso y la capacidad de esfuerzo de lo mejor que siempre ha tenido esta tierra: sus personas.

Por eso, en este acto institucional y como cada año, trasladamos el cariño y el reconocimiento de La Rioja a ‘los mejores de los nuestros’. Y lo hacemos con las más altas distinciones que podemos otorgar:

– La Medalla de La Rioja que ha sido entregada a la Universidad Internacional de La Rioja -UNIR- y a la CLA Pepe Eizaga.

– La distinción de Riojano Ilustre que han recibido D. Basilio García y D. José Luis López de Silanes.

– Y el Galardón de las Artes 2019 con el que ha sido distinguido el torero arnedano Diego Urdiales.

Estas entidades y personas son hoy las protagonistas de una celebración que se hace extensiva a todos los que nos sentimos vinculados a La Rioja por raíces, por vida y/o sentimientos.

Componen un espejo en el que podemos mirarnos para encontrar lo mejor de nosotros mismos y descubrir el inmenso caudal cultural y el talento que La Rioja acumula.

Representan un justo homenaje a la dignidad del trabajo bien hecho.

Constituyen un auténtico referente de saber, autoridad y buen consejo.

Muestran la valentía, el esfuerzo y la constancia que hay detrás de todo avance.

Y sirven de estímulo para nuevas iniciativas creadoras.

Estas entidades y personas son, también, la mejor afirmación de que en nuestra Comunidad no deben existir razones para complejos o escepticismos.

Y nos recuerdan que a La Rioja nadie le ha regalado ser hoy la Comunidad de régimen común con mayor calidad de vida y con menor grado de desigualdad social.

Ni nadie le ha regalado ser hoy una potencia en la industria del calzado, en la industria agroalimentaria, en el sector vitivinícola, así como una gran referencia en el turismo de interior.

Nos recuerdan que a La Rioja nadie le ha regalado estar hoy entre las comunidades con menos paro registrado (un 9,68% en el mes de mayo) y con menos grados de pobreza. Ni nadie le ha regalado estar hoy en los puestos de cabeza en las calificaciones de calidad y equidad de los principales servicios públicos.

Todo ello es parte del presente de La Rioja. Y es una obra exclusiva de la sociedad riojana. De las familias, de los emprendedores, de los trabajadores, de los autónomos y profesionales públicos y privados de La Rioja. De todos y cada uno de ellos que, día a día, muestran que todo es posible cuando en un pueblo concurren talento y voluntad, dentro de un espacio de libertad y de autonomía que nos ha garantizado el ordenamiento constitucional y nuestro proyecto autonómico.

En ese convencimiento resaltaré que, habiendo hecho grandes cosas juntos, todavía nos quedan grandes cosas por hacer para llevar a La Rioja a un futuro de mayor plenitud.

Sin duda, un camino apropiado para ello es consolidar una identidad fuerte, asumiendo los elementos que nos unen, reflejando los rasgos que nos caracterizan y dotándonos de los instrumentos necesarios para ese progreso. Todo lo cual se traduce, en la práctica, en la consecución de un mejor autogobierno en el marco que la Constitución nos ofrece.

En ese objetivo, tal y como he indicado al inicio, el pasado 11 de abril y en este monasterio fue aprobada una ambiciosa reforma del Estatuto de Autonomía de La Rioja, con la unanimidad de los grupos políticos. Un Estatuto renovado que da un sentido especial a este Día de la Comunidad.

Se trata de una reforma que no sólo es un proyecto legislativo emanado de nuestro Parlamento regional, sino también un auténtico y renovado Proyecto de Comunidad, que va a nacer en un momento trascendental en España, y en el que todos estamos llamados a participar.

Esto es así porque en el nuevo Estatuto, como instrumento jurídico para seguir avanzando como región, se señalan algunos de sus caminos de futuro.

Así, y entre otras cuestiones, asume los principios de la Unión Europea, incorpora los valores esenciales del acervo histórico y cultural riojano (la lengua española, el monasterio de San Millán y la actividad vitivinícola) e introduce la garantía y protección de nuevos derechos de ciudadanía.

Entre ellos, el derecho a la protección a la familia; el derecho a una renta de ciudadanía; el derecho a la protección y atención integral de nuestros mayores, de los menores de edad, de las personas en situación de dependencia y de sus familias; el derecho a la igualdad de trato y de oportunidades y la no discriminación por razón de género u orientación sexual.

Todo ello conforma una nueva forma de entender la gestión del proyecto de Comunidad que La Rioja plantea en su nuevo Estatuto, en el que incorpora los principios rectores y orientadores de las políticas públicas.

Es fruto de una deliberación abierta y de un diálogo político sincero durante una Legislatura que se ha complementado con un vigoroso diálogo social. El que también, para beneficio de todos, hemos sabido consolidar e impulsar como un activo de Comunidad.

Señoras y Señores, voy concluyendo.

El pasado 26 de mayo, se celebraron elecciones municipales y autonómicas en un ambiente de absoluta normalidad y con una alta participación. Y los riojanos han hablado con claridad en las urnas y los políticos hemos de entender el mandato que a las distintas formaciones políticas nos han confiado para canalizar las energías colectivas y encontrar respuesta a sus problemas.

Pero tan importante como el sufragio universal —que es el gran legitimador en una democracia—, o la formación de mayorías suficientes, es que en el próximo período de sesiones pueda continuar ese diálogo político sincero y comprometido con La Rioja, al que me he referido. Nada insuperable lo impide. Porque tenemos ejemplos en cuestiones fundamentales, como son la posición común en relación a la financiación autonómica o el acuerdo de las infraestructuras necesarias y demandadas por La Rioja. Unas cuestiones que no nos dejan desarrollarnos en igualdad y plenitud.

Riojanas y riojanos:

Después de estos años de gobierno, no puedo terminar esta intervención, sin decir lo mucho que he aprendido de cada una de las personas que he podido atender. Sin decir que ser Presidente de la Comunidad de La Rioja ha sido un enorme privilegio, que nunca podré agradecer suficiente. Sin decir que he sentido un gran afecto y confianza, y hasta la comprensión por los errores cometidos.

También he de decir que he comprobado que, por encima de las diferencias, nos une el amor por esta tierra. Y muestro mi seguridad de que el futuro de La Rioja va a ser mejor que su presente o su pasado.

Eso hoy depende de nosotros, más que en cualquier tiempo anterior de nuestra historia. Depende de que cada uno de nosotros sigamos aportando lo mejor de nosotros mismos en la consecución de esa Comunidad más moderna, más abierta, más próspera y socialmente equilibrada que todos queremos.

Por ello, y como señal de nuestro compromiso, gritad conmigo: ¡viva La Rioja!

Enhorabuena de nuevo a los Premiados. Feliz Día de La Rioja. Y muchas gracias a todos”.

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